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Subasta de bonos y pagarés y posible alza en los tipos de interés

La Dirección General del Tesoro tiene previsto realizar en los próximos días la tradicional subasta quincenal de pagarés y otra de bonos del Estado para absorber recursos con los que financiar el déficit público. La impresión que existe en el sector financiero es que apenas se irá a estas subastas, por lo que el Tesoro no obtendrá demasiada financiación, a menos que se decida elevar de forma sustancial los tipos de interés.A lo largo de los dos primeros meses del año el Tesoro ha obtenido 1,067 billones de pesetas mediante las subastas de pagarés del Tesoro y 95.000 millones de pesetas con la subasta de bonos del Estado. En este mismo período de tiempo han vencido casi 960.000 millones de pesetas en pagarés del Tesoro de emisiones anteriores. Los recursos nuevos obtenidos se colocan, por tanto, en algo más de 200.000 millones de pesetas de los 1,4 billones de pesetas necesarios para este año.

Las cifras de endeudamiento nuevo del Estado son bastante menores de las alcanzadas en la misma fecha del pasado año y, ante la situación de subidas de tipos de interés que se prevén para los próximos días parece poco probable que en las dos subastas anunciadas pueda obtener cifras significativas. Así, en la subasta anterior de pagarés del Tesoro, celebrada a finales de febrero, el Tesoro mantuvo los tipos de interés y no cogió una cantidad relativamente importante de dinero que bancos y cajas de ahorro ofrecieron a precios mayores.

Algo similar pasó con la única subasta de bonos celebrada hasta ahora en este año. El dinero ofrecido por los inversores superó ligeramente los 200.000 millones de pesetas, y el Tesoro, a pesar de que elevó los tipos de interés en relación a la subasta anterior, sólo logró obtener 95.000 millones de pesetas, ya que por el resto del dinero se pedían unos tipos de interés más altos.

En estas circunstancias, las dos subastas que se celebrarán en estos días se inscriben en un marco de subidas de tipos de interés a que el Tesoro se puede oponer tomando cantidades pequeñas de dinero si quiere mantener los precios, o bien modifica su actual política y acepta incrementos mayores.

La alternativa de dejar estables los tipos, con unas emisiones pequeñas, forzaría al Tesoro a recurrir al Banco de España en busca de financiación del déficit, lo que obligaría al banco emisor a retirar liquidez del sistema mediante la cesión temporal de su cartera de deuda con pérdidas que representarían en definitiva el mismo encarecimiento de los tipos de interés, pero llevado por caminos menos ortodoxos y con un mayor encarecimiento de las condiciones de mercado.

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