La banca extranjera califica de "chantaje"` la decisión de Brasil de suspender el pago de la deuda
Los representantes de la banca privada extranjera en Brasil, que se reunieron en la tarde del sábado con el presidente del Banco Central, han empezado a calificar de "chantaje" la decisión del Gobierno de José Sarney de suspender el pago de los intereses y servicios de la deuda -que se eleva a 105.000 millones de dólares- mientras duren las negociaciones con los acreedores. Y cuando el ministro de Hacienda, Dilson Funaro, asegura que su país "no está quebrado", ya que cuenta con un saldo comercial de 8.000 millones de dólares, se ha desvelado que las reservas de divisas de Brasil han sido transferidas en su totalidad a tres bancos de Panamá, la Unión Soviética y Suiza. Con esta medida, el Gobierno del país más endeudado del mundo impide que los acreedores bloqueen sus reservas.
"La duración de la suspensión de pagos dependerá de las negociaciones con los bancos acreedores". Esta respuesta, escueta y seca, fue la única que pudieron obtener los respresentantes de la banca extranjera en Brasil del presidente del Banco Central, Francisco Gros. Los banqueros fueron convocados en la tarde del sábado a una reunión urgente en Sâo Paulo, donde esperaban recibir una explicación del presidente del Banco Central. A la salida, la desilusión de los convocados era patente. Fuentes bancarias internacionales en Brasil, aseguraron ayer que "Brasil está dispuesto a ejercer hasta el final un chantaje a la banca privada".Los banqueros norteamericanos fueron los que salieron más preocupados de la reunión. Sus reglas crediticias indican que, al final de un plazo de 90 días, un pago no realizado pasa a ser considerado como pérdida. Los representantes del City Corp, Chase Manhattan, Manufacturas Hannover o Morgan, cuyas dedudas con Brasil ascienden a 6.500, 2.800, 2.200 y 1.900 millones de dólares, respectivamente, preguntaron a Gros si la moratoria podría durar más de 90 días. La respuesta fue la misma: "Depende de las negociaciones". O sea, que si la banca extranjera no acepta suavizar las condiciones de su créditos, Brasil no pagará y pondrá en grave aprieto a las entidades norteamericanas, cuyas acciones ya han empezado a caer.
Negociar en Nueva York
Lo único claro de la reunión es que Brasil enviará la próxima semana una misión negociadora a Nueva York. Pero el ministro de Hacienda no encabezará la delegación, y será un representante del Banco Central quien inicie las negociaciones.
Dilson Funaro declaró ayer que "un país que cuenta con un saldo comercial de 8.000 millones de dólares no puede considerarse quebrado". Lo que no dijo es que Brasil debería pagar este año 14.000 millones de dólares por intereses y servicios de su deuda. Fuentes de la banca internacional aseguraron que Brasil solicitará créditos por valor de 5.000 millones de dólares para hacer frente a esos compromisos. Asimismo, Brasil se plantea la posibilidad de conseguir 1.500 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI) amparándose en la caída de sus exportaciones, según informa Jornal do Brasil.
Las reservas de divisas brasileñas, que oficialmente se elevan a 3.962 millones de dólares, se encuentran en bancos de la Unión Soviética, Panamá y Suiza, a donde fueron transferidas hace tres meses para evitar la intervención de los 700 bancos acreedores.
Fracaso económico
Como consecuencia de la puesta en marcha del plan cruzado, el año pasado se estabilizaron los precios y aumentó espectacularmente el consumo. Los brasileños se dedicaron a comprar desde neveras a inmuebles, y los exportadores prefirieron dirigir sus productos al mercado interior. La consecuencia fue inmediata: aumentaron las importaciones de alimentos, cayeron las exportaciones y las reservas de divisas pasaron de 8.000 millones de dólares a menos de 3.000.
Cuando en noviembre de 1986 se puso en marcha el segundo plan cruzado, la economía brasileña ya estaba colapsada. En enero, las estadísticas revelaron que la inflación brasileña sobrepasaba el 16%.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.