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TRIBUNALES

El Supremo prohíbe la urbanización de Dragonera

La isla de Dragonera, de cinco kilómetros de longitud y situada en el suroeste de Mallorca, no podrá ser urbanizada, según sentencia del Tribunal Supremo. En su fallo, el alto tribunal confirma una sentencia dictada en 1984 por la Audiencia Territorial de Baleares por la que se anulaba el plan parcial de urbanización de la isla promovido por Patrimonial Mediterránea, SA (Pamesa), desde 1974. Se cierra así una de las causas defendidas con más ardor por los ecologistas de Baleares.

de MallorcaEl Tribunal Supremo declara en su sentencia Ia nulidad del plan parcial y del proyecto urbanístico derivado de aquel" por considerar que "facilita situaciones proclives al surgimiento de concepciones privatísticas legales" y que el plan parcial adolece de excesos y deficiencias de tanta entidad". El Tribunal Supremo confirma de este modo la sentencia previa dictada en el mismo sentido por la Audiencia Territorial de Baleares y contra la cual recurrió la urbanizadora y, de forma cautelar, el Grup d'Ornitologia Balear (GOB).Hasta llegar al presente fallo se ha recorrido un complejo proceso judicial de más de 10 años, que se inició con un primer recurso interpuesto en 1977. Tres años antes, sin embargo, los grupos ecologistas iniciaron las movilizaciones contra la urbanización de la isla.

En mayo de 1974, la isla de Dragonera, perteneciente al término municipal de Andraitx (Mallorca), fue adquirida por la sociedad Patrimonial Mediterránea, SA (Pamesa), a su anterior propietario, Joan Fleixas, por la cantidad de 300 millones de pesetas, parte de los cuales se formalizaron con la entrega de acciones de la futura urbanización.

Dragonera había sido declarada bajo la protección del Estado, como paisaje histórico artístico y pintoresco, en un decreto gubernamental dictado en 1972.

Revisión

Paralelamente, el Ayuntamiento de Andraitx inició una revisión de su plan general de ordenación urbana con el fin de que los propietarios de las zonas afectadas por el decreto no se vieran perjudicados en exceso. Dos después de la adquisición de la isla por Pamesa, el Ayuntamiento aprobó su plan general, al que meses más tarde seguirían los planes parciales y especial de la isla, promovidos por la urbanizadora, según declaraciones del entonces alcalde. Ese mismo año, la ya extinta Diputación Provincial solicitó al Gobierno la conservación de la isla. Sin embargo, la comisión provincial de urbanismo aprobó el plan parcial, con el condicionante de subsanar las anoMalías detectadas en él. La aprobación definitiva tuvo lugar en 1978.Sa Dragonera es una isla de cinco kilómetros de largo y 800 metros de ancho que, tras haber sido símbolo de las pretensiones ecologistas, se enfrenta ahora al incierto futuro de su conservación. Fuentes del gobierno autónomo no excluyeron ayer que puedan iniciarse acciones para su adquisición, con el fin de conservar su riqueza ecológica.

Le viene a la isla su nombre por la presencia de reptiles en ella. La más común es la lacerta lifordi, conocida en catalán como sargentanes, en la actualidad prácticamente desaparecidas en Mallorca y Menorca por la introducción de depredadores. Estos animales llegaron a Sa Dragonera en el período cuaternario, de forma paralela al ya extinguido miotragus balearicus, especie endémica de cábrido que vivió durante esa época en las Baleares. Sa Dragonera presenta también otro tipo de reptil conocido como tarentola mauretanica, considerada como una relativa novedad en la fauna balear ya que se considera que fue introducida por el hombre.

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