Berlín, un espacio para dos mundos

FRANCESC ARROYO, Según los historiadores de Berlín, las primeras citas documentadas de la ciudad datan de 1237. En aquel tiempo, Berlín no era como es hoy, salvo en un hecho: ya estaba dividida. En realidad, esos primeros documentos no aluden a Berlín, un pequeño asentamiento de mercaderes junto al río Spree, sino a Cölln, otro núcleo de población situado justo en el otro lado del río. La comunicación entre ambas era frecuente, dada la facilidad para vadear el río, y pronto las dos poblaciones se fusionaron en una que fue conocida con el nombre exclusivo de Berlín.

Ahí sigue hoy, con el mismo nombre, aunque la historia ha modificado esta ciudad y sigue pesando sobre ella. Berlín, una ciudad que son dos, dividida por un inmenso muro que ha terminado por convertirse, aislado de su dimensión dramática, en una atracción turística más para los millones de vistantes de la villa.

Y esas dos ciudades se aprestan a conmemorar su nacimiento, simbolizado en la fecha de un documento de hace 750 años.

Exposiciones, teatro, cine, encuentros y reconstrucciones son los elementos centrales y comunes de la efemérides. A ambos lados del muro, casi juntos, pero separados, con el único acuerdo posible de la fecha del año, que ni siquiera llega al mes y al día. Para Berlín Oeste, el momento culminante será el 26 de abril; para Berlín Este, el 4 de junio. Hay motivos para creer que, en realidad, a nadie interesaba acuerdo en los pormenores. Ambas ciudades han cursado invitaciones a personalidades de todo el mundo. De haber coincidido en el día, se hubiera producido una catástrofe, ya que los invitados hubieran ten¡do que decidir entre acudir a una u otra celebración. Así, pueden estar en las dos partes.

Millones de turistas

También los turistas occidentales podrán elegir, y no son pocos los que se esperan. Según el comité organizador del acontecimiento, ente autónomo del Gobierno de Berlín occidental, aunque financiado por éste con un total de 75 millones de marcos (unos 5.250 millones de pesetas), Berlín occidental recibe, anualmente, unos cinco millones de turistas -de los que cuatro millones visitan el sector oriental- y se espera que este año se llegue a los siete millones.

Ambos sectores tienen, por sí mismos, sus atractivos, que este año multiplicarán con creces con más de 400 programas culturales previstos en la zona occidental y unos 300 en el área oriental.

La historia es un motivo constante de las exposiciones y quizá no sea casual que ambas ciudades inicien sus programas con la noticia de una exposición histórica. En el Oeste, el edificio Martín Gropius, destruido durante la Segunda Guerra Mundial y reconstruido ahora, acogerá una exposición sobre la historia de Berlín: desde su nacimiento hasta nuestros días, pasando por la etapa en que fue residencia de los reyes y príncipes electores de Prusia-Brandeburgo, capital del imperio alemán y del nacional socialismo y ciudad en ruinas y reconstruida, sin olvidar que fue también centro de acogida de minorías perseguidas en otros puntos de Europa menos tolerantes, como hugonotes y judíos. La exposición permanecerá abierta entre el 15 de agosto y el 22 de noviembre.

En el Este, la historia de Berlín no se ofrecerá en una única exposición sino en varias: desde el 7 de mayo y hasta el 31 de octubre, en las ruinas del antiguo monasterio de los franciscanos, habrá una exposición dedicada a Berlín entre 1945 y 1987. La ciudad comercial medieval, desde sus inicios hasta 1648, será objeto de una segunda exposición, en la reconstruida iglesia de San Nicolás, entre el 15 de mayo y el 31 de diciembre. En idénticas fechas podrá verse otra exposición dedicada al período que va de 1648 a 1870, en el Museo de la Marca. La última, de 1871 a 1945, se ofrecerá en el Museo de Historia Alemana, entre el 1 de julio y el último día del año.

No serán las únicas exposiciones históricas. Diversos aspectos puntuales serán también objeto de muestras diacrónicas. Así, en el sector occidental está prevista una exposición titulada Nobles, burgueses, campesinos. Berlín y sus alrededores en la Edad Media (del 7 de mayo al 1 de noviembre en la ciudadela de Spandau). En la estación de Hamburgo se ha organizado una exposición titulada El viaje a Berlín (del 1 de mayo al 1 de noviembre), en la que se ofrece una visión de los diversos medios de transporte, de los viajeros ilustres, de Berlín como punto de llegada y de partida. Entre mayo y septiembre, en el Archivo Nacional de Berlín, la posguerra será el objeto de la exposición Salir de los escombros. Paralelamente, una exposición ofrecerá una visión de las personalidades berlinesas procedentes de Europa oriental, aquellas cuya biografía está ligada a Berlín sin haber nacido en la ciudad: escritores, pintores, pensadores, científicos, actores, teólogos, músicos y políticos. Finalmente, en el Museo dé Transportes y de la Técnica se ofrecerán, en diversas fechas, cuatro exposiciones dedicadas a la industria, la arquitectura, la técnica y una última titulada Horacio Nelson o por qué Napoleón pasó por la puerta de Brandeburgo en la que se podrán apreciar diversos aspectos de la historia de la navegación.

El otro aspecto importante es el arte. La ciudad y yo. Hombre y gran ciudad en la pintura, Alemania, del expresionismo a nuestros días es el largo título de una exposición que se celebrará, entre el 15 de agosto y el 22 de noviembre, en la galería Berlinesa, situada en el edificio Martin Gropius, en el sector occidental. El tema central de esta exposición, muy explícito en su mismo título, es definido en un folleto editado al respecto como sigue: "La ciudad se convierte en el teatro del mundo, el arte es la escena". Pintura, escultura y obra gráfica en general de más de 40 artistas compondrán esta exposición.

El mito

El mito de Berlín es otra de las grandes exposiciones que se celebrarán durante el año. Muestra polifacética para la que se ha buscado un marco insólito: la estación Anhalter, destruida en su casi totalidad a causa de los bombardeos producidos durante la Segunda Guerra Mundial y de los destrozos de la posguerra. Hoy, sólo queda un inmenso solar y un pedazo de lo que fue una gran fachada. Ese espacio se convertirá en un conjunto de sugerencias: desde. Berlín vista por diversos artistas contemporáneos, hasta esa misma ciudad tal como la ha recreado, innumerables veces, el cine; desde la historia de Berlín, hasta las utopías que allí anidan, incluida un má-

quina del tiempo en la que, afirman sus organizadores, será posible un viaje futurista al Berlín "que cada uno tiene en la cabeza".

Pero Berlín, además de poder ser imaginada, ha sido transformada en imágenes. Esa es la visión que ofrecerá la exposición titulada precisamente Imágenes de la ciudad, Berlín en la pintura, desde el siglo XVII a nuestros días, a celebrar en el Museo de Berlín entre el 19 de septiembre y el 3 de noviembre. Una vez más los visitantes de la ciudad, en este caso los artistas que han pasado por ella reflejándola, dispondrán de una sección especial.

También el cine tendrá acogida en la ciudad que celebra uno de los más importantes festivales cinematográficos europeos. Entre el 22 de mayo y el 30 de junio, se celebrará una exposición titulada El cine en Berlín. No se trata de una muestra historicista, sino de reconstruir una atmósfera que recuerde la creada por las películas, de forma que el visitante pueda pasear por escenarios, decorados, situaciones, vistas ya en la pantalla y ahora más cerca de su propia imaginación.

Paseo de la escultura

A partir del 25 de abril, y coincidiendo con la fecha central de la conmemoración, Berlín occidental creará un paseo de la escultura. La Kürfurstendamm, una de sus avenidas principales, será decorada con obras diseñadas al efecto por escultores berlineses actuales. Las estatuas estarán situadas en mitad de la calle, a lo largo de la avenida en la que, previamente, habrá sido restringido el tránsito. El futuro de las esculturas es, con todo, todavía incierto y el deseo de los organizadores es hallarles un espacio estable dentro del nuevo proyecto urbanístico que afecta a buena parte de la ciudad.

Finalmente, la Bauhaus, el movimiento arquitectónico de origen alemán más importan te de este siglo, será objeto de una exposición titulada 50 años de Bauhaus, en la que se mostrarán las realizaciones y proyectos del movimiento durante su estancia en Alemania y su posterior desarrollo en los Estados Unidos.

Berlín Este, por su parte, ofrecerá, entre otras, dos ex posiciones de interés especial La primera, titulada de forma harto explícita Tesoros del Museo del Kremlin de Moscú; y la segunda dedicada al arte de los Medici, en colaboración con la galería de los Uffizi de Florencia.

Además de todo esto, ambas ciudades ofrecerán festivales de teatro, óperas, festivales de danza clásica y moderna, música de todo tipo, cine y un sinfín de exposiciones vinculadas directamente a los distintos barrios que componen cada uno de los sectores. Todo un año de celebraciones de la futura capital cultural de Europa, una ciudad dividida, según reconcen los programas de ambas zonas, que quiere ser escaparate de dos formas enfrentadas de organización política que, esta vez, compiten de forma escasamente cruenta.