Mayor dureza ante las tentativas desestabilizadoras

La presidenta filipina, Corazón Aquino, mostró ayer, en su mensaje radiotelevisado a toda la nación, un neto cambio. de actitud, una mayor firmeza hacia quienes pretendan desestabilizar un Gobierno que, en sus 11 meses de mandato, ha sufrido ya tres intentos serios de golpe militar.Los hechos demuestran, afirmó la presidenta, que un reducido grupo de civiles y militares "no acepta la idea de un Gobierno civil democrático". Aquino recibió el apoyo del jefe del Alto Estado Mayor, el general Fidel Ramos, quien se dirigió al país a primeras horas de la mañana de ayer afirmando que la situación estaba "bajo control".

La presidenta, por su parte, dejó claro que no actuaría con la magnanimidad mostrada en anteriores intentos golpistas. Y citó el llevado a cabo el pasado 6 de julio, cuando tropas leales a Marcos al mando del ex ministro de Exteriores Arturo Tolentino ocuparon durante dos días la sede del célebre hotel Maníla.Aquino no hizo ninguna referencia al segundo intento, realizado a finales del pasado noviembre, que concluyó con la destitución fulminante del ministro de Defensa, Juan Ponce Enrile. Éste había tenido un papel decisivo en la caída de Ferdinand Marcos -el 25 de febrero de 1986- al pronunciarse con un reducido grupo de tropas de elite, junto con el general Fidel Ramos, en apoyo del movimiento popular que respaldó a Corazón Aquino tras las fraudulentas elecciones del 7 de febrero.

Apoyo del Ejército

Presionada por las reivindicaciones de los campesinos en favor de una reforma agraria y por la existencia de cintas magnetofónicas que, al parecer, muestran una supuesta interferencia presidencial en la redacción de la nueva Constitución que será sometida a referéndum, Aquino adoptó ayer, por vez primera vez desde que accedió al poder, una actitud dura ante los patrocinadores del último intento de desestabilización, probablemente a fin de impedir nuevas aventuras golpistas.

La actitud de firmeza de la presidenta cuenta con el apoyo del general Ramos y del resto de los altos mandos del Ejército, con excepción de los 18 oficiales amotinados, varios de ellos detenidos. Por otra parte, la postura expresada por el portavoz de la Embajada de EE UU en Manila es de "firme e inequívoco apoyo al Gobierno de Corazón Aquino". La Casa Blanca hizo público ayer su respaldo a Aquino y el Gobierno español manifestó su "total apoyo a las instituciones democráticas" filipinas.

Aquino cuenta con un amplio potencial de popularidad, aunque algo mermado entre la izquierda debido a acontecimientos recientes como la represión, el pasado jueves en Manila, de una marcha de campesinos, que se saldó con la muerte a 15 manifestantes.

Posiblemente, la nueva firmeza de Aquino resultará convincente para muchos de sus seguidores, que comenzaban a pensar que la política de máximaflexibilidad aplicada por la presidenta a los partidarios de Marcos agravaba la situación del país.