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Aquino promete castigar con firmeza a los implicados en el golpe que fracaso ayer en Filipinas

"Aplicaremos la ley y los culpables, tanto civiles como militares, serán castigados" dijo ayer la presidenta Corazón Aquino, con un claro tono de firmeza hacia el reducido grupo de militares y civiles que, en la madrugada del martes, intentó un nuevo golpe militar en Filipinas, orientado a restablecer el régimen del ex presidente Ferdinand Marcos. Aquino anunció que se "aplicará la ley marcial" a los sublevados, al término de una reunión de urgencia celebrada por el Gobierno en la mañana de ayer para analizar la situación y abordar el problema de los aproximadamente 200 amotinados que mantenían su rebeldía en la sede de la emisora privada de televisión Canal 7. Anoche, ese problema todavía no había podido ser resuelto.

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Mayor dureza ante las tentativas desestabilizadoras

Las fuerzas gubernamentales detuvieron a ocho oficiales y 271 soldados que participaron en la intentona golpista, y bloquearon todos los accesos a Manila al advertir algunos movimientos de civiles partidarios de Marcos que se dirigían hacia la capital desde el norte del país.El general Eduardo Ermita, número dos del Ejército filipino, afirmó ayer que las Fuerzas Armadas podían asaltar el Canal 7. "No les lanzamos ningún ultimátum, pero estoy convencido que [los rebeldes] comprenderán que el tiempo juega contra ellos", dijo.

Los encerrados en el Canal 7 liberaron a las 58 personas que tenían como rehenes hacia las nueve de la noche (dos de la tarde, hora peninsular española). "Somos luchadores anticomunistas y estamos preparados para morir", dijo a través de un teléfono de campaña uno de los mandos de los 200 amotinados.

Los militares, dirigidos por el coronel Oscar Canlas, de la Fuerza Aérea, armados con fusiles ametralladores M-16 y granadas de mano, y ataviados con pañuelos azules en el cuello y rojos en la cabeza, -colores de los seguidores de Marcos y, también, de la bandera nacional filipina-, habían llegado al Canal 7 (independiente) a las dos de la madrugada del martes, pero no lograron su propósito de proclamar, a través de las cámaras, el triunfo de la revuelta militar.

Casi simultáneamente, a las tres de la madrugada, otra unidad de soldados rebeldes intentaba, sin éxito, el asalto a la base aérea de Villamor, en el barrio de Pasay. Los enfrentamientos subsiguientes produjeron la muerte de un soldado leal al Gobierno, y heridas de diversa consideración a otros 59 militares y civiles. Los sublevados intentaron, asimismo, ocupar la base aérea de S angley, en Cavite, siempre en los alrededores de Manila, pero fueron rechazados por las tropas de Aquino.

"Hemos desarticulado el intento golpista y todo está bajo control, tanto en Manila como en provincias. Así se lo he comunicado a las seis de la mañana (del martes) a la presidenta Aquino". Estas palabras, pronunciadaspor el jefe del Alto Estado Ma yor, general Fidel Ramos, tran quilizaron ayer, muy de mañana a los habitantes de Manila.

El único foco de tensión se si tuaba en el barrio de Quezon City, donde se encuentra la sede del Canal 7, pero también las del Ministerio de Defensa y el Alto Estado Mayor. Hacia la 13.20 de ayer (06.20, hora peninsular española), fracasó un intento de desalojo de la emisora de televisión ocupada llevado a cabo po policías y militares. Los estampidos de las granadas de gases lacrimógenos lanzadas por las fuerzas del orden se confundieron con los disparos de balas rea les que hicieron los amotinados ante una confusa multitud de unos 300 seguidores de Marcos y varias decenas de periodistas que seguían el asalto. Hubo algunos heridos.

Era evidente que los sucesi vos llamamientos lanzados por la presidenta Aquino para que "se despejara" la zona porque iba "a comenzar una importante operación militar" no surtían gran efecto. Una multitud de curiosos se negaba a irse de Quezon City, y animaba la espera con compras de todo tipo de mercancías a los típicos vende dores ambulantes que proliferan en Manila, y que no pierden nin guna ocasión de hacer negocio.

Las conversaciones entre Canlas y Ermita se rompieron ayer por la noche (media tarde en España), porque los amotinado

no aceptaron la única oferta que consintió Aquino: rendición pura e incondicional. No obstante, el general Fidel Ramos, jefe del Alto Estado Mayor, habló por teléfono, ya en madrugada de hoy, ante las cámaras de televisión, con la mujer del coronel amotinado, a la que agradeció sus esfuerzos en pro de una solución negociada del conflicto.

Ramos precisó que tenía informes de que muchas personal dades próximas al ex presidente Marcos habían desaparecido del área de Manila para refugiarse en la región de llocos, al norte del país, de la que es originario el dictador derrocado. Entre estas personas, citó a la madre de Marcos, doña Josefa, de 92 años de edad, que ayer desapareció de un hospital de Manila.

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