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Estados Unidos y la CE harán un último intento antes del viernes para evitar la guerra comercial

Francisco G. Basterra

Europa y Estados Unidos fracasaron en el intento realizado durante el fin de semana en Washington para evitar la declaración de una peligrosa guerra comercial entre aliados, pero EE UU y la CE no han cerrado del todo la posibilidad de alcanzar un compromiso antes de que, el viernes, entren en vigor las represalias decretadas por Ronald Reagan. "Las posiciones de las dos partes se han acercado, y los contactos se reanudarán en los próximos días", informó un comunicado de la Comunidad hecho público en esta capital tras seis horas de negociaciones entre Willy de Clercq, comisario europeo para las Relaciones Externas, y Clayton Yeutter, responsable estadounidense para temas comerciales.

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La Comunidad considera que se han reducido las diferencias

"Todavía creemos que una solución es posible, pero estamos disgustados por no haber podido resolver el problema a pesar de habernos aproximado", dijo un portavoz norteamericano. De Clercq regresó ayer a Bruselas con una vaga declaración de "progresos" y con una propuesta de compromiso, no revelada, que será estudiada hoy por el Consejo de Ministros de los doce. El público norteamericano, especialmente los yuppies, la joven burguesía profesional adinerada -lo que en España es conocido como la gente guapa-, se prepara para pagar 14 dólares, en vez de los seis actuales, por 400 gramos de queso francés brie, o nueve dólares que pasaría a costar una botella de vino de mesa blanco italiano que ahora vale tres.El mercado español

Este sector social sería el principal afectado por la imposición de aranceles del 200% sobre exportaciones europeas a este país de quesos, ginebras, vinos francos, brandies, aceitunas y endivias, valoradas en 400 millones de dólares. Estados Unidos trata de compensar con estas represalias la pérdida para los agricultores norteamericanos del mercado español de de maíz y sorgo, cerrado efectivamente desde la entrada de Esparía en la CE.

Reagan, que el martes anun ciará en su discurso del estado de la nación medidas concretas para aumentar la competitividad de Estados Unidos, es un teórico defensor del libre mercado, pero sufre fuertes presiones del Congreso, en manos de la oposición demócrata, para imponer medidas proteccionistas. El déficit comercial de EE UU en 1986 (170.000 millones de dólares) es económica y políticamente insoportable, y las medidas drásticas para su reducción serán aplaudidas por la opinión pública.

Europa -y sobre todo Francia, principal productor agrícola de los doce- se resiste a conceder un tratamiento preferencial a los productos norteamericanos. Washington insiste en la compensación por una pérdida de mercados de acuerdo a las reglas del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT).

Estados Unidos quiere vender a Europa tres millones de toneladas de grano anuales con los aranceles bajos existentes antes del ingreso de España en la CEE. Hasta entonces vendía cuatro millones. La Comunidad podría subir algo su oferta actual de un millón de toneladas, rechazada por Washington, y compensar con una mayor apertura otro tipo de exportaciones agrícolas. Bruselas insiste en que la pérdida del mercado español de grano para Estados Unidos está compensada por la reducción de tarifas para las exportaciones industriales norteamericanas a la Península Ibérica.

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