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Delors pide a Felipe González que concrete su postura sobre la reforma financiera de la CE

El presidente de la Comisión Europea, el francés Jacques Delors, mantuvo ayer por la tarde una larga reunión con el presidente del Gobierno, Felipe González, con el objetivo de conocer de primera mano la posición del Ejecutivo español sobre el proyecto de reforma de la financiación de la Comunidad Europea, mandato encomendado por el Consejo de Ministros comunitario a su órgano ejecutivo en la pasada cumbre de Londres.

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Delors llegó a Madrid pasadas las 18 horas de ayer, procedente de Lisboa, continuando así una gira por las principales capitales europeas -ya ha estado en Bruselas y Roma- para exponer las propuestas de la Comisión e intentar unificar prosiciones. Felipe González es el cuarto jefe de Gobierno con el que se reúne en el marco de este periplo por las capitales de los doce. Previamente se entrevistó con los primeros ministros de Italia, Bélgica y ayer con el de Portugal.Su periplo, que concluirá a mediados de febrero, fue decidido por la cumbre europea de jefes de Estado o de Gobierno de Londres después de que el presidente del Ejecutivo comunitario les diese cuenta del penoso estado de las finanzas de la CE, cuyo presupuesto para 1987 tendrá, si es finalmente aprobado, un déficit que oscilará entre 2.500 y 3.000 millones de ECU (unidad de cuenta europea), según reveló el comisario Herming Christophersen, informa Ignacio Cembrero desde Bruselas.

Los países comunitarios habían acordado que, a finales de 1986, se incrementara la vía de ingresos de la que se nutre la Comunidad Europea, pasando la aportación procedente de los ingresos por el IVA, situada en el 1,4%, al 1,6%. El la cumbre de Londres del año pasado, y ante la dificultad de resolver los problemas financieros de fondo de la Comunidad con ese aumento, se optó por dar un salto hacia adelante y abordar una reforma más profunda.En base a todas las opiniones recogidas, Delors retocará el borrador de su documento-sintesis y los otros tres textos elaborados por los comisarios Christophersen, sobre la modificación de la financiación de la CE, Frans Andriessen, sobre la reforma de la Política Agrícola Común (PAC) y Grégoris Varfis, sobre la reconversión de los llamados fondos estructurales.

Las líneas maestras de la reforma vista por la Comisión serán entonces explicadas al Parlamento Europeo antes de ser sometidas a la aprobación de los jefes de Estado o de Gobierno que la actual presidencia belga no descarta convocar en un encuentro extraordinario que podría desarrollarse en Roma, con motivo de la celebración del 30 aniversario del Tratado que dió lugar a la CE, en Bruselas.

Sigilo absoluto

Aunque los cuatro textos de refencia han sido preparados en el más absoluto sigilio, es posible hacerse una idea sobre las tres grandes orientaciones que inspirarán la reestructuración de la Comunidad Europea:

- El 1,4%. del IVA ingresado por cada Estado miembro es actualmente remitido a la Comunidad, pero este modo de financiación no basta ya para cubrir los gastos, aunque ese: porcentaje sea elevado, como está previsto, al 1,6% a partir del 1 de enero del año próximo. La Comisión sugiere que se ponga a punto un nuevo sistema de contribución porporcional al, PIB de cada país pero esto modificaría muchos equilibrios internos en la CE.

- A propósito de la PAC, Bruselas propone que se siga adelante con la reducción de los costosos excedentes agrícolas iniciada en el último Consejo de Ministros del ramo, de 1986, y que se inicien las reformas socioestructurales cuya amplitud suscita, sin embargo, reticencias entre algunos comisarios que temen las consecuencias sociales de una paulatina desertización del campo.

La tercera y última proposición consiste en unificar y duplicar los recursos de los fondos estructurales, que pretenden atenuar las diferencias de desarrollo entre regiones pobres y ricas de la CE en vísperas de la creación del gran mercado interno previsto para 1993.

Ni que decir tiene que este último punto es que el más apoyos suscita por parte del Gobierno español, consciente de la necesidad de aumentar inmediatamente los recursos de la Comunidad y quejoso hasta ahora de la escasez de medidas destinadas a preparar la transformación de la CE en un auténtico espacio económico común pero también solidario desde un punto de vista social. El Gobierno español se muestra preocupado por el caríz que adopte la reforma de la Política Agrícola Común.

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