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Una división de la URSS saldrá de Mongolia entre abril y junio

Pilar Bonet

El portavoz del Ministerio de Exteriores de la URSS, Guenadi Guerasimov, anunció ayer que Moscú ha decidido retirar de Mongolia, entre abril y junio de este año, "una división motorizada" y otras "varias unidades" militares. El portavoz se negó a precisar el número de soldados que se verán afectados por esta medida, ni los efectivos militares soviéticos que permanecerán en Mongolia tras la ejecución de la niedida.Según fuentes occidentales, en Mongolia hay unos 75.000 soldados soviéticos, cifra que podría quedar rebajada en más de 8.000 hombres cuando el proyecto de retirada anunciado ayer sea llevado a término.

La retirada de tropas soviéticas de Mongolia y la de Afganistán tienen un carácter distinto, pero ambas se inscriben en el niarco de la política asiática esbozada el pasado 28 de julio por Mijail Gorbachov, en su discurso de VIadivostok. El secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética dijo en aquella ocasión que la URSS y Mongolía examinarían "la cuestión de la retirada de Mongolía de una parte sustancial de las tropas soviéticas".

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El contingente militar soviético basado en Mongolia se remonta a los años sesenta, época de acusadas tensiones entre Pekín y Moscú. Mongolia, que está encajonada entre China y la URSS, tiene, en principio, razones propias para preocuparse por sus vecinos chinos, ya que en el territorio de la República Popular se encuentra la llamada Mongolia interior, cuna de los valores de la nación mongola.

Hasta hace muy poco, los representantes mongoles aludían al peligro de expansionismo chino para justíficar la permanencia de tropas soviéticas en su territorio. La actitud de Ulan Bator ante la iniciativa de Gorbachov ha sido inucho más discreta que la de los dirigentes afganos, quienes han insistido en sus deseos de reducir la presencia militar soviética en su territorio.

Pekín considera que la presencia soviética en Mongolia, que los dirigentes chinos valoran en unos 100.000 soldados, constituye uno de los principales obstáculos para la normalización de sus relaciones con la URSS.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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