El Instituto Pasteur confirma las cualidades preventivas de un espermicida
El Instituto Pasteur de París acaba de revelar el descubrimiento de un nuevo producto eficaz para combatir el SIDA. Se trata de un espermicida, en venta libre desde hace años, cuyos efectos sobre virus han sido probados en experiencias in vitro. Los experimentos han sido realizados por el doctor Jean-Claude Chermann, jefe del laboratorio de oncología viral del Instituto Pasteur, a petición de los laboratorios Pharmelac, fabricantes de toda una gama de productos en los que se utiliza el espermicida en cuestión, cloruro de benzalkonium.
El fabricante había percibido desde hace tiempo que los usuarios de sus productos no sufrían enfermedades sexuales, y de ahí la petición de un experimento que permitiera hacer constar que el espermicida sirve para la prevención de las enfermedades de transmisión sexual. El doctor Chermann puso en contacto cloruro de benzalkonium, diluido al 0,08%, en condiciones de temperatura similares a las del cuerpo humano, con cultivos del virus del SIDA, y consiguió su destrucción.La experiencia in vitro no ha sido contrastada con pruebas con portadores del virus, por lo que en realidad no tiene un valor de prueba de eficacia. La acción de la sustancia química sobre la mucosa vaginal es inocua, a diferencia de otros espermicidas, que tienen una acción positiva contra el SIDA pero destruyen también otras células. No se descarta que a partir de este experimento empiecen otros destinados a comprobar la eficacia del producto ya no como preventivo en la transmisión, sino como remedio para atacar directamente el virus.
Los laboratorios Pharmalac utilizan el espermicida en diafragmas, óvulos, crema y preservativos. Tienen su planta de fabricación en Irlanda, y están considerados una empresa de tipo medio. Importan sus productos a varios paises, España entre ellos, y, tras la prueba realizada en el Instituto Pasteur, están estudiando la ampliación de la producción para hacer frente a la demanda, que previsiblemente aumentará.
Operación publicitaria
El efecto más inmediato del experimento ha sido la aparición en los medios de comunicación franceses de nuevas apologías del preservativo, uno de los útiles con los que se puede usar el cloruro de banzalkonium; y, en todo caso, el más sencillo y claro en los contactos sexuales en los que entran personas clasificadas como población de alto riesgo. Algunos comentaristas han señalado, sin embargo, que el actual descubrimiento es una simple operación publicitaria destinada a impulsar la venta de unos productos farmacéuticos.El SIDA ha sido el motivo de la aparición de preservativos en la pantalla por primera vez en la historia de la televisión francesa. Un programa sobre el SIDA en Centroáfrica la pasada semana y los informativos del lunes permitieron a los telespectadores franceses ver en imágenes audiovisuales, por vez primera, cómo sendos periodistas desarrollaban la famosa gomita ante sus ojos.
A finales del pasado año se permitió, también por primera vez, la publicidad televisiva de preservativos, rigurosamente prohibida en Francia hasta entonces. Las razones de tal intolerancia no eran de orden moral, sino mucho más políticas. El natalismo francés, expandido prácticamente entre todas las fuerzas políticas, no permitía la realización de publicidad destinada a estimular la disminución de la población. Ha sido precisamente el SIDA el agente de la liberalización de la publicidad de preservativos, conocidos eufemísticamente en Francia como capotes ingleses.
Los prejuicios morales de la actual mayoría conservadora, expresados en medidas como la prohibición de publicidad de revistas pornográficas en los paneles de los quioscos de París, o en la petición de eliminar la gratuidad de las interrupciones voluntarias del embarazo -firmada por un importante grupo de diputados pero no asumida por el Gobierno- no han impedido que el Ministerio de Sanidad realizara una política abierta en el tratamiento de la nueva enfermedad de transmisión sexual.
La liberalización ha corrido a cargo de la ministra de Sanidad y de la Familia, la ginecóloga Michele Barzach, que no ha podido eludir la cuestión de los preservativos en su amplia campaña de prevención del síndrome de inmunodeficiencia adquirida.
La misma ministra es la autora de una legislación y de una campaña natalista destinada a estimular el tercer hijo.
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