Concentrar los esfuerzos

La política social de la Comunidad Europea está sometida a revisión. En este campo, como en otros, el peso del pasado, la carga de compromisos adquiridos que no puede ser atendida por falta de medios financieros obliga a la reforma en la gestión del Fondo Social Europeo (FSE). En 1987, la Comisión Europea tiene que presentar al Consejo de Ministros de la CE una propuesta para la reforma de todos los fondos estructurales.El vicepresidente de la Comisión Europea y comisario responsable de la política social, el español Manuel Marín, explica que se trata de concentrar esfuerzos y sumar eficacias. Ahora "existen 16 pretendidas políticas sociales, y la excesiva prioridad dada a los programas de formación profesional de menores de 25 años provoca rigideces que se quieren evitar". Marín entiende que no se trata de verdaderas políticas, porque el fuerte desequilibrio entre medios limitados y objetivos ambiciosos impide actuar con eficacia.

Para el futuro, la orientación básica es simplificar los objetivos en la lucha contra el paro de larga duración, en la financiación de proyectos a nivel local, como los puestos en práctica en Barcelona y dentro de poco en Getafe, y las ayudas para incorporación de nuevas tecnologías en las pequeñas y medianas empresas. La formación profesional deberá ir dirigida no sólo a los trabajadores, sino también a los técnicos y directivos de las pyme, que son el factor más dinámico para la creación de empleo.

Las políticas sociales de la Comunidad cuentan con un presupuesto de unos 500.000 millones de pesetas anuales, pero los compromisos han creado un déficit teórico de 600.000 millones comprometidos en proyectos que no se han podido realizar por falta de dinero.

El origen de esta carga está en que el FSE ha funcionado "como caja de compensación entre los Estados miembros, para obtener por esta vía el reembolso de sus aportaciones a la CE". Este año, la cirugía de Manuel Marín ha dado como resultado que ese déficit de compromisos se haya reducido en un 50%, de 600.000 a 300.000 millones de pesetas. En todo caso, la lucha contra el paro exige un mayor esfuerzo financiero.