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El Gobierno francés retrocede ante el incremento de la protesta estudiantil

Lluís Bassets

El ministro de Investigación y Universidades de Francia, Alain Devaquet, ha empezado a dar marcha atrás en su proyecto de reforma de la enseñanza universitaria, como respuesta a la amplitud del movimiento estudiantil que se está extendiendo por todo el país. Devaquet declaró ayer que atenderá las peticiones estudiantiles de evitar la selectividad entre el primero y segundo cielo y garantizó que todos los bachilleres podrían acceder a los estudios universitarios.Más de la mitad de las universidades están ya en huelga, después del llamamiento realizado por los estados generales de los estudiantes, reunidos en París el domingo. A los universitarios se han añadido los estudiantes de los últimos cursos de bachillerato, especialmente afectados por las nuevas dificultades previstas por la ley para la entrada a la universidad. Mañana, a la misma hora en que el ministro defenderá su ley ante los diputados en la Asamblea Nacional, está convocada una manifestación de universitarios y bachilleres, que debe arrancar de la plaza de Saint Michel, punto de referencia inevitable en el recuerdo del mayo de 1968, que muchos evocan al analizar el actual movimiento estudiantil.

El movimiento universitario despertó tardíamente en la protesta por esta ley, que ya ha pasado por el Senado antes de llegar a la Asamblea Nacional. Pero una vez iniciada la protesta, se está extendiendo con una enorme facilidad, lo cual revela que existe un caldo de cultivo realmente propicio. El principal impulsor del movimiento es el sindicato UNEF-ID (Unión Nacional de Estudiantes de Francia Independiente y Democrático), mayoritario en las últimas elecciones de delegados. La UNEF-ID es de tendencia socialista, pero tradicionalmente había sido dominado por la rama lambertista del trostkismo. Precisamente, gran parte de los lambertistas ingresaron hace escasas semanas en el Partido Socialista.

La irrupción de los jóvenes

A pesar del sentido del movimiento, que capitaliza principalmente la oposición socialista a Jacques Chirac, buena parte de la Prensa parisina destaca las nuevas peculiaridades de los jóvenes estudiantes en su primera irrupción en la vida política francesa. Al parecer, el apoliticismo, la preocupación por la igualdad y la justicia propia de movimientos como SOS-Racismo, el pragmatismo y el esfuerzo por evitar la instrumentalización de los partidos y sindicatos son características de este nuevo movimiento estudiantil de los años ochenta.Por el momento, numerosos sindicatos y partidos, desde Force Ouvrière hasta la CGT, de tendencia comunista, así como la propia Conferencia de Presidentes de Universidad, han prestado su apoyo a los estudiantes y a la manifestación de mañana. Como la del domingo, que convocó la FEN (Federación de la Educación Nacional), esta manifestación se encuadrará bajo el objetivo de defender "el futuro de los jóvenes".

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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