La empresa química suiza Sandoz asume plena responsabilidad por el envenenamiento del Rin
ENVIADO ESPECIALLa empresa química suiza Sandoz prometió ayer que pagará compensaciones por la masiva contaminación que se ha producido en el río Rin tras el incendio de uno de sus almacenes próximos a Basilea el pasado 1 de noviembre. Hans Winkler, portavoz de la compañía, declaró que se aceptarán todas las reclamaciones razonables y precisó que, por el momento, era imposible adelantar a cuánto ascenderán las demandas. Hans-Peter Sigg, director general de la compañía Sandoz, afirmó: "Asumimos la plena y completa responsabilidad moral por el accidente", que ha sido calificado como el peor desastre ecológico registrado en Europa en la última década.
Clinton Davis, comisario de Medio Ambiente de las Comunidades Europeas, expuso ayer ante el Parlamento europeo reunido en Estrasburgo las líneas generales de lo que se discutió en la reunión del pasado miércoles en Zurich, donde representantes ministeriales de los países ribereños del Rin -Francia, República Federal de Alemania, Luxemburgo y Holanda- se reunieron con las autoridades suizas para tratar del envenenamiento masivo de este río.Davis sugirió que este accidente debe obligar a los países de Europa a plantearse un nuevo concepto de lo que se entiende por "seguridad nacional" que, en su opinión, debe estar "más allá de lo simplemente militar para abarcar tanto los asuntos económicos como de equilibrio ecológico".
Clinton Davis confirmó que el día antes del incendio, otra de las grandes industrias química del cantón suizo de Basilea, la Ciba-Geigy, había vertido herbicidas al río en cantidades considerables. El comisario de Medio Ambiente aseguró que la empresa química suiza había admitido haber vertido 400 litros de un herbicida entre las 20.00 horas y las 20.30 horas del día 31 de octubre, es decir, unas horas antes del incendio del almacén de la Sandoz.
Respuesta de la empresa
Portavoces de la compañía negaron tajantemente que se hubiera producido un vertido directo al río y reconocieron haber canalizado, a través de los desagües industriales y la estación depuradora municipal de Basilea, 400 kilogramos del herbicida Atrazina, que se produce desde 1958 y está clasificado en el grupo A, como poco peligroso para la fauna."Una vez diluidas estas aguas con las restantes de la ciudad, se procesaron normalmente, pasando a la etapa de depuración biológica. A continuación se fueron vertiendo lentamente, durante varios días, al Rin, como es normal en una depuradora de aguas", añadieron.
En Basilea, el alcalde, Hans-Rudolf Stiebel, dijo que el accidente ha socavado la confianza de la gente en la industria química, la principal industria del cantón. Ha causado "cuantiosos daños materiales y un daño inmaterial incalculable".
Davis señaló que los índices de contaminación en el gran río europeo se habían disparado. Concretamente, el contenido de mercurio se había multiplicado por seis, y el de pesticidas, por 10. En su intervención, el comisario de Medio Ambiente advirtió a los países miembros de la Comunidad Europea sobre el almacenamiento de productos peligrosos. "Antes de mirar en la casa del vecino", dijo, "debemos poner orden en la nuestra".
Aseguró que son todavía papel mojado para una gran parte de los doce las medidas que se tomaron tras la tragedia de Seveso, en Italia, que quedaron compiladas en lo que se conoce como el Directorio de Seveso, y en donde se incluye un conjunto de medidas legales relativas al tratamiento, transporte y almacenamiento de sustancias tóxicas peligrosas y que los países miembros de la CE se habían comprometido a incluir en su propia normativa jurídica.
Si bien Portugal y Grecia no cayeron en las iras del comisario británico, que les disculpó arguyendo su reciente entrada en la Comunidad, Davis aseguró que del resto de los países de la CE sólo Dinamarca, el Reino Unido, Francia y, en menor medida, la RFA han adoptado el Directorio de Seveso a su ordenamiento jurídico.
En cuanto a la contaminación del río, si bien el envenenamiento de las aguas superficiales parece haber descendido en las últimas 24 horas, el problema se plantea ahora en la capa freática, de la que se abastecen de agua numerosos pueblos y ciudades de su cuenca. En Estrasburgo, bañada por el río, y a escasos kilómetros de Basilea, la bolsa acuífera es independiente de las aguas del Rin, por lo que el suministro de agua corriente no se ha visto afectado, pero en numerosos lugares de Alemania han tenido que prescindir del agua corriente y pasar a depender del suministro de los bomberos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.