Reagan y Gaddafi
Los autores de un informe realizado por las universidades de Berkeley y Stanford sobre aspectos sociológicos de la enfermedad dicen que "es más probable que la gente no sepa quién es el presidente de Estados Unidos que no haya oído hablar del SIDA".
Ronald Reagan no se ha pronunciado hasta ahora sobre el SIDA, y sólo se le conoce una aproximación al problema por la vía del chiste.
Según The Washington Post, cuando el presidente norteamericano discutía en agosto la campaña de desinformación para desestabilizar al líder libio, Muammar el Gaddafi, dijo en un determinado momento: "¿Por qué no invitamos a Gaddafi a San Francisco, ya que le gusta tanto atusarse?", a lo que el secretario de Estado, George Shultz, añadió: "¿Por qué no le pegamos el SIDA?".
Cuando a primeros de octubre trascendieron estos comentarios, se incrementaron las críticas contra la posición de la Casa Blanca ante esa enfermedad. "No creo que la Administración de Reagan se esté tomando el SIDA en serio, y creo que esos comentarios, si son ciertos, ratifican lo que digo", afirmó Tim Wolfred, director ejecutivo de la Fundación SIDA en San Francisco. "Para ellos el SIDA es sólo una gracia que afecta a los gays y a los usuarios de jeringuillas".
Un grupo de afectados por el SIDA y simpatizantes de la causa estableció, ahora ha hecho un año, un campamento ante el edificio que aloja al departamento federal de los servicios de sanidad, en el corazón de San Francisco, para protestar contra lo que ellos consideran desinterés de Washington. Los acampados piden más presupuesto para combatir la enfermedad y reclaman que Reagan se manifieste contra la discriminación que sufren los enfermos de SIDA.
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