_
_
_
_
_

Los editores no aceptan una mera rebaja del IVA sugerida por Javier Solana

El Ministerio dé Cultura no pudo precisar ayer la declaración de su titular

Los editores españoles consideran negativa la declaración hecha el pasado martes por el ministro de Cultura, Javier Solana, en el Senado, en el sentido de que el Gobierno estudia una rebaja del impuesto sobre el valor añadido (IVA) aplicado al libro. En su opinión, la Administración está sugiriendo una mera rebaja de la tasa impositiva, que actualmente es del 6% sobre el precio de venta al público, sin Regar al valor cero que ellos proponen. Ayer, nadie en el Ministerio de Cultura fue capaz de precisar o matizar la declaración de Solana.

"No estamos dispuestos a .aceptar una modificación del IVA para el libro que no sea la del tipo cero", manifestó ayer a este diario un portavoz de la Federación de Gremios de Editores de España, al conocer la declaración efectuada por el ministro de Cultura, Javier Solana, en el Senado. Los editores entienden, siguió diciendo el portavoz, que las. manifestaciones del ministro están encaminadas a dorar la píldora de una rebaja del impuesto, quizá en la línea de los ocurrido en Italia, donde desde este año el libro tiene un impuesto del 2%, frente al 6% que tenía anteriormente."No podemos aceptar la mera rebaja por tres motivos", añadió el mismo portavoz: "primero, porque sigue planteando para la exportación de nuestros productos los mismos problemas; segundo porque es un agravio comparativo respecto a los países de la Comunidad Económica Europea que tienen IVA cero; tercero, porque hay un segundo agravio al tener en cuenta que el mismo ministerio de Cultura es el que va a gestionar la aplicación del IVA cero para el deporte".

Área lingüística

Los problemas relacionados con la exportación se derivan de la aplicación de impuestos no a los libros españoles exportados -aunque estos están ya en alguna medida afectados por la supresión de las ayudas a la exportación- sino por la aplicación del impuesto en las aduanas españolas a los libros procedentes de otros países, especialmente los del área lingüística hispana. Actualmente, salvo Chile, ningún otro país que no sea España, tiene impuestos para el libro. Los editores temen que, "en justa contrapartida", los respectivos gobiernos decidan aplicar impuestos a los libros españoles, lo que representaría un notable perjuicio para la industria española.

Según afirman la Federación de Gremios de Editores de España, en un informe jurídico que ha empezado a ser distribuido esta misma semana entre los asociados, la incidencia del impuesto para los libros importados es mínima para la Hacienda Pública, la que España y sólo importó ejemplares por una suma total de 750 millones de pesetas en 1985, mientras que si las exportaciones españolas se llegaran a ver afectadas, la incidencia para el conjunto de la economia española sería notablemente mayor, pues las exportaciones españolas de libros del pasado año ascendieron a un total de 24.000 millones de pesetas.

Precisamente el alto monto de las exportaciones españolas, es el segundo motivo que aducen los editores para pedir la exención fiscal del libro, siempre entendida como aplicación de IVA cero y no como exención total de impuestos. Sólo Irlanda y el Reino Unido tiene una producción para el exterior similar a la española y ambos países tienen IVA cero. Los empresarios del sector del libro consideran que España se halla en idéntica situación que los países de habla inglesa: un núcleo importante de lectores potenciales de la producción editorial se hallan fuera de las fronteras de la CE.

El tercer motivo aducido por los editores es el agravio comparativo que suponen las recientes afirmaciones en el sentido de que el Gobierno estudia una pronta supresión del IVA aplicado al deporte. Las declaraciones fueron hechas inmediatam ente después de anuncíarse la concesión de la organización de los Juegos Olímpicos de 1992 a Barcelona. El agravio es mayor si cabe, opinan los editores, por cuanto tanto el deporte como el libro dependen del mismo ministerio, el de Cultura. "Es cierto que en España hay un bajo índice de práctica deportiva y que hay que fomentarlo, pero nocreemos que los vestidos de este santo deban ser los de otro, en este caso los del libro, porque no deja de ser cierto que España cuenta con un bajísimo índice de lectura y no parece que los impuestos sobro el libro sean el mejor sistema para fomentarla. Además, nosotros llevamos muchos meses luchando por un IVA cero y hemos explicado suficientemente los porqué".

Control fiscal

Los editores insisten en que no se trata de querer mantenerse fuera del sistema de control fiscal que facilita la aplicación del IVA con una petición de exención total de impuestos, sino que aceptan el control fiscal que instaura el impuesto, pero no creen que sea el lector quien deba pagar por "una actividad que, después de todo, es de utilidad pública".

Representantes del gremio editorial tenían prevista ayer por la noche una reunión con un alto cargo del Ministerio de Cultura, en la que prentedían que se les concretaran las intenciones del Gobierno respecto al IVA y el libro.

Un portavoz del ministerio negó, sin embargo, que la reunión, tuviera como tema el IVA y la definió como "una primera toma de contacto sobre temas generales". Por lo demás, ningún cargo del departamento pudo precisar nada sobre la declaración del ministro.

Antes y después

La afirmación de Javier Solana en el Senado sobre una reducción del IVA en los libros puede ser interpretada de muchas maneras, pero sólo la rebaja al tipo cero estaría en consonancia con las deciaraciones de intenciones del PSOE, efectuadas antes de obtener la mayoría párlamentaría y el Gobierno de la nación. Así, por ejemplo, en junio de 1978 la Comisión de Cultura del PSOE publicaba un artículo en la revista El libro español, titulado Política del libro, en el que podía leerse: "El libro no es un bien económico cualquiera y, por tanto, su consideración en estos términos falsearía gravemente las soluciones al problema [del libro]".La afirmación de entonces está en sintonía con lo que, en febrero de 1981, reconocería el Parlamento Europeo: "Los criterios económicos", afirma la resolución C50/103, "no pueden aplicarse en forma estricta a la industria y comercio del libro, dada la naturaleza específica del libro como producto, el cual afecta directamente los intereses de los ciudadanos en los campos de la información, de la cultura y de la educación".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_