La batalla legal
La muerte de Picasso, ocurrida en Francia en 1973, dio pie a una batalla legal entre sus herederos que fue parcialmente resuelta en 1977. El patrimonio artístico del pintor estaba constituido por unos 30.000 grabados, planchas, tapicerías y otras pruebas; 1.885 cuadros, cerca de 7.000 dibujos, 1.200 esculturas y 3.222 cerámicas. La estimación global de los bienes ascendió a 22.000 milllones de pesetas.La herencia fue dividida en seis partes. Una, de 300 millones de francos, para su viuda, Jacqueline. Sus nietos legítimos, descendientes de su hijo Pablo, Marina y Bernard, recibieron 200 millones de francos cada uno (4.000 millones de pesetas). maya, la hija que tuvo con Marie Thérèse Walters, y Paloma y Claude, de su unión con Françoise Gillot, percibieron 85 millones de francos. Con el resto de la herencia, que correspondió al Gobierno francés como pago de los derechos sucesorios, fue creado el Museo Picasso de París.
El inventario de las obras propiedad de Picasso, y que su viuda guardaba celosamente en el castillo de Notre Dame de Vie, comprendía 1.876 cuadros, 7.089 dibujos, casi 5.000 dibujos en cuadernos, 18.05 grabados, 1.335 esculturas y 2.880 cerámicas. De este legado, Jacqueline Picasso seleccionó personal y cuidadosamente las 61 obras que ahora se exponen en Madrid.
Horas antes de suicidarse, el pasado día 15, Jacqueline Picasso le reiteró telefónicamente a Aurelio Torrente, director del Museo Español de Arte Contemporáneo (MEAC), su voluntad de que las 61 piezas pasaran a formar parte de los fondos del museo. El Ministerio de Cultura, a través del director general de Bellas Artes, Miguel Satrústegui, afirmó que Jacqueline había reiterado su "voluntad inequívoca" de que las obras se quedaran en el museo. El abogado José Mario Armero afirmó tener constancia de que la viuda de Picasso había comentado al presidente francés, François Mitterand, sus intenciones favorables a España acerca del destino de las mencionadas obras. Un portavoz de los museos de Francia ha recordado que el único texto válido es el testamento y que, en caso de no existir, son los herederos directos los que deben tomar la decisión. Parece que Catherine Hutin, hija de Jacqueline, será la heredera de las colecciones.
Babelia
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