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FRENAZO A LA DISTENSIÓN

El presidente de EE UU prefirió volver con las manos vacías que con un mal acuerdo

Francisco G. Basterra

Ronald Reagan explicó ayer al país, en un discurso televisado desde el, despacho Oval de la Casa Blanca, que preririó regtesar de Reikiavik con las manos vacías antes de firmar un mal acuerdo con el 'líder soviético, Mijail Gorbachov. El presidente norteamericano trató,de convertir el aparente fracaso de la cumbre de Islandia en un éxito relativo que dia pudo conrirmarse por la insistencia de Moscú de que Estados Unidos abandone la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI), "quedando vunerable a un ataque de los misiles soviéticos".

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El presidente: utilizó su mejor capacidad de persuasión para límitar los daños que le puede causar a Estados Unidos yal mundo el colapso de las conversaciones de Reikiavik y añadió: "Estamos más cerca que nuhca de acuerdos que podrían conducir a un mundo más seguro, sin armas nucleares"."Todavía soy optimista de que puede encontrarse una vía die entendimiento. La puerta sigue abierta y la oportunidad para comenzar a eliminar la amenaza rtuclear está al alcance", explicó el presidente en su discurso pronunciado a las ocho de la noche de ayer, hora de Washington (una de esta madrugada, en España). Reagan afirmó: "Hemos hecho progresos en Islandia y seguiremos haciéndolos si seguimos un enfoque prudente y realista con los soviéticos, sobre cuyas últimas intenciones no nos hacemos ilusiones". El presidente tuvo frases de condena para la URSS, a la que acusó de engañar en temas de control de armamentos, "imponer el totalitarismo en Nicaragua, Afganistán, Angola y Camboya" y violar los derechos humanos.

Reagan afirmó que fue a Reikiavik decidido a no negociar la polémica Iniciativa de Defensa Espacial, conocido como guerra de las galaxias: "No podría decirle a nuestro pueblo que su Gobierno no les protejerá de una destrucción nuclear". "Fui a Islandia", precisó, "decidido a negociar todo excepto dos cosas, nuestra libertad y nuestro futuro". La cumbre de Islandia se rompió, cuando estaba a punto de llegar a acuerdos históricos que habrían supuesto la desaparición de los misiles de alcance intermedio de Europa y drásticas reducciones e incluso una eliminación total de los arsenales estratégicos de las dos superpotencias, al negarse Estados Unidos a aceptar la propuesta soviética de que limitara el desarrollo de la SDI al laboratorio, sin hacer pruebas para desarrollar el sistema.

"Gorbachov", afirmó esta madrugada el presidente, "quería impedirnos desarrollar la SDI durante 10 años; de hecho, matarlo". "Yo le contesté", explicó Reagan, "que la defensa espacial es una garantía de seguridad de Estados Unidos en caso de que los soviéticos, como han hecho demasiado frecuentemente en el pasado, rompan sus compromisos". La SDI, insistió, es lo que trajo ¿te nuevo la URSS a la mesa de negociaciones de Ginebra e Islandia. Es la llave para un mundo sin armas nucleares, "Lo que querían es que nos comprometiéramos a una nueva versión del tratado de misiles antibalísticos (ABM), que la URSS ya ha violado. Yo le dije a Górbachov que en Estados Unidos no hacemos esta clase de tratos", agregó.

El presidente explicó que no puede prometer, ni ningún futuro presidente tampoco, que las conversaciones de Islandia u otras futuras con Gorbachov -precisó que no está previsto que el líder de la URSS vaya a EE UU- conduzcan inevitablemente a grandes progresos o a la firma de tratados.

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"Razones para la esperanza"`

Reagan recordó que Estados Unidos está ahora negociando desde una posición de fuerza, lo que, en su opinión, puede originar progresos. "Nuestros negociadores regresan a Ginebra y estamos preparados para ir adelante cuando y donde los soviéticos quieran. Por ello hay buenas razones para la esperanza".

El fracaso de la cumbre de Islandia presagia una etapa de incertidumbre y mayor tensión en las relaciones Este-Oeste, echa por tierra las esperanzas de una reducción de los arsenales nucleares y pone en peligro la posibilidad, acariciada hasta ahora, de que Ronald Reagan consiga. en los dos años que le quedan en la Casa Blanca firmar un acuerdlo importante de control de arnilamentos con la Unión Soviética.

Reagan, que dentro de 20 días se enfrentará a las últimas elecciones de su presidencia, para renovar el Congreso, trató de limitar los daños del fracaso presentándose a la nación como un líder fuerte que no aceptó vender la seguridad de EE UU.

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