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LA LIDIA / GUADALAJARA

Mucho mimo

Los hijos de papá-torero-famoso van por las ferias entre algodones, y ya empieza a caer mal tanto mimo. Los mimos, en casa. A los hijos de papá-torero-famoso les pusieron delante, ayer en Guadalajara, una novillada que era la risa. Un bodeguero riojano exigía a voces, desde el tendido: "¡Que salga el barberooo!". Todos los novillos olían a after shave y el cuarto apestaba. Cuando el cuarto, el bodeguero riojano pedía la oreja para el ¡barberooo!Al pastueño cuarto lo toreó Jerezano corno al primero, que fue un bombón: derechazos y naturales corrientitos, a manera de cimborrio para sustentar la cúpula de su personalidad artística, que consiste en empalmar pases de pecho. Empalmó 100. El empalme de pases de pecho hace furor. Hasta el más indocto lo practica. Qué tendrá el empalme de pases de pecho.

El Torero / Jerezano, Litri, Camino

Novillos de El Torero; 22, sobrero de Juan Pedro Dornecq. El Jerezano: oreja; oreja. Litri: silenció; silencio. Rafi Camino: oreja; ovación. Plaza de Guadalajara, 17 de septiembre. Primera de feria.

Jerezano -eso sí- se quedaba quieto. También se quedaban quietos los hijos de papá-torero-famoso, que esa es otra, pues alientan casta valiente, como tienen demostrado en otros fastos frente a novillos de mayor fuste. En cambio, el toreo no les salía bueno ayer, a veces ni siquiera ortodoxo, y esa es señal de alarma.

Litri, en lugar de correr la mano, tamplando y mandando según dictan los cánones, lo que hacía era retirar precipitadamente la muleta de la cara de la bestieja moribunda. Tales trazas, claro, dejaban frío al cotarro y, para confortarlo, se puso a pegar mlinetes de rodillas a la primera bestieja. A la segunda, no; que tenía más geniecillo y peso, y le desarmó tres veces.

Correr la mano, eso lo hizo mejor Camino, que cita con garra, abre el compás, manda. Ayer mandaba a un borreguillo tullido que rodaba continuamente por la arena, y así cualquiera. A, otro también inválido, aunque serio y cuajado, le sacó pases valentones.

Tiene su mérito. Ahora bien: todo el escalafón de novilleros, desde la chiquillería de las escuelas taurinas hasta los veteranos que se retirarán sin alternativa -pues no los contratan-, habría sacado el mismo partido, o mejor, a esa novillada de risa. Lo cual a nadie del mundillo importa: seguirán igual que hasta ahora. Los taurinos, a los novilleros sin padrino, les echan género correoso, para hundirlos. En cambio les dan teta y les dicen ajo a los hijos del cuerpo. Cuando los papás son famosos y ricos, por supuesto; hasta ahí podríamos llegar.

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