Fernando Cardenal asegura que no cree en un Dios que le pida traicionar a Nicaragua
El ministro de Educación de Nicaragua, Fernando Cardenal, expulsado de la Compañía de Jesús en diciembre de 1984 por no querer dejar de ser ministro del Gobierno sandinista, dijo ayer, en Madrid, que aquella fue "una decisión de conciencia y muy dramática, puesto que el Vaticano me pidió que abandonara a mi pueblo cuando necesitaba más ayuda", "pero yo no creo en un Dios que me pida traicionar a mi pueblo", añadió. Cardenal participará mañana, junto con Hans Küng, en una de las mesas redondas del VI Congreso de Teología que se celebra en Madrid desde el pasado miércoles, día 10, organizado por sectores católicos progresistas. Fernando Cardenal, de 52 años, entró a formar parte del Gobierno sandinista, del que también forma parte su hermano Ernesto (Cultura), en 1984. Previamente, tras el triunfo de la revolución sandinista fue el responsable de la coordinación la llamada cruzada de alfabetización, que rebajó las tasas de analfabetismo, al menos desde el punto de vista de las estadísticas, de un 51% en tiempos de Somoza a un 12,9%.
En un encuentro con los medios informativos, el ministro de Educación de Nicaragua se refirió a su situación personal y a la de los cristianos en Nicaragua, y comentó también determinadas cuestiones de la política que lleva a cabo el régimen sandinista. Sobre su situación personal dijo que sigue siendo la misma que hace 34 años, cuando profesé como novicio en la Compañía de Jesús, es decir: "Obediencia y creencia en la doctrina católica sobre la autoridad del Papa y de los obispos. Sigo siendo un jesuita de corazón y sigo viviendo con ellos como su huésped. En ese sentido mi vida no ha cambiado nada".
Sobre las relaciones Iglesia-Gobierno en su país, Cardenal dijo que la iglesia como conjunto de cristianos -la mayoría en Nicaragua- no ha tenido ningún problema aunque sí los han tenido algunos obispos católicos. Se refirió concretamente al cardenal Miguel Obando y al obispo Paulo Antonio Vega, que mantienen una abierta oposición al régimen sandinista.
El obispo Vega
"Los dos han buscado el enfrentamiento con el Gobierno y han tenido problemas", añadió Cardenal. "Vega fue expulsado no por ser creyente ni por ser obispo sino simplemente por ser traidor a su patria, por haber ido a Estados Unidos a pedir más dólares que luego se transforman en opresión y matanzas".El ministro de Educación de Nicaragua afirmó que son minoría los católicos disidentes del sistema sandinista, en el que a su juicio no existen fisuras, y destacó el papel que habían jugado los cristianos en la revolución, que ha sido premiado con un reconocimiento a los mismos en la constitución sandinista. Cardenal negó que el sistema sandinista esté aislado en el orden internacional o que se encuentre en una situación dramática en el interior. Señaló que la única amenaza es la que proviene de EE UU.
La sesión de ayer en el Congreso de Teología contó con la participación de diversos colectivos de católicos progresistas y se celebraron dos mesas redondas sobre Diálogo Ecuménico (en la que participaron Enrique Miret Magdalena, Máximo García, Héctor Vall y Juan Camafort) y La mujer en la Iglesia y en la sociedad (con la participación de Concha López, Celia Amorós, María Fe Ramos y María Martinell), así como una ponencia sobre Iglesia y pueblo en España, leída por Casimir Martí.
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