'El hermano bastardo de Dios', la candidez y sensibilidad de un debutante
La segunda película española a concurso en Venecia es El hermano bastardo de Dios, de Benito Rabal. Se trata de una adaptación de la novela de José Luis Coll, hecha con sensibilidad y esfuerzo, que posee una indudable dimensión poética y en la que los errores de juventud -es la primera película dirigida por el hijo de Francisco Rabal, que interviene en el rilme, al igual que Asunción Balaguer y el propio hijo del director- son absolutamente disculpables porque son cándidos. En El hermano bastardo de Dios se nos cuenta algo que hemos visto mil veces -la crónica de los años de la guerra civd- pero de una manera distinta, desde un punto de vista que no es el clásico.
Aquí la mirada es la de un niño, que convierte en un cuento de hadas, fantástico y terrible a un tiempo, su descubrimiento de lo que es la vida. Como en un famoso poema de Ferrater, los niños de El hermano bastardo de Dios viven durante la guerra unas extrañas vacaciones, libres de la tutela de los mayores, demasiado ocupados en resolver problemas de subsistencia. Es un período en que la muerte se concretará, en el que el deseo dejará de ser platónico, en el que la maldad pasa de ser pura e inocente a convertirse en un ejercicio de doblez interesada.Rodada con sentido del humor, un gran cuidado plástico y una estupenda dirección de actores, El hermano bastardo de Dios quizá no sea una película de festival en el sentido de poder aspirar a un lugar en la lista de pre mios, pero sí es una obra que in teresa y que encontrará su lugar en el mercado español.
Para Benito Rabal puede qu lo peor haya sido coincidir en el día de proyección con La storia, de Luigi Comencini, filme con el que mantiene sorprendentes puntos de contacto. En este caso el cineasta italiano adapta una novela de Elsa Morante. Comen cini puede prescindir de toda la retórica, va siempre justo a lo que interesa y logra fabricar emociones con la facilidad de los grandes clásicos del cine.
En La storia, curiosamente, aparece también Francisco Ra bal en uno de los papeles protagonistas. Y también se nos habla de la guerra y sus consecuencias desde el punto de vista del niño. Incluso la solución formal de jugar con el paso de color a blanco y negro para señalar los saltos de tiempo o la inclusión de secuen cias oníricas refuerzan las semejanzas entre La storia y El hermano bastardo de Dios.
Los premios
El destino de los premios parece perfilarse al margen de la críticas. Por ahora hay tres filmes que se diría van a figurar en la lis ta premiada. El caso más claro es el del soviético Sergei Soloviev y su excelente La paloma salvaje.
La segunda sorpresa podría proporcionarla Francesco Maselli y su Storia d'amore, que recu pera para el cine italiano una tra dición de comedia popular que casi podríamos calificar de proletaria.
El tercer título con el que se especula es O melissokomos, del griego Angelopoulos, un trabajo ajustadísimo de un cineasta con un mundo propio, que sabe fabri carse un tiempo personal y que tiene la ambición puede agrade cer un jurado en el que hay varios intelectuales célebres.
Babelia
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