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El voto favorable del Senado norteamericano garantiza la reanudación de la ayuda militar a la 'contra'

La reanudación de la ayuda militar a los rebeldes nicaragüenses; ha quedado virtualmente asegurada al aprobar el Senado de Estados Unidos, en la noche del miércoles, por 53 votos contra 47, la solicitud presentada por el presidente, Ronald Reagan, de suministrar 100 millones de dólares (unos 13.500 millones de pesetas) a la guerrilla antisandinista. El voto del Senado, dominado por el Partido Republicano- el del presidente-, desbioquea una batalla en el Congreso que se ha prolongado durante seis meses y supone una de las más importantes victorias en política exterior de Reagan.

El presidente norteamericano acogió eufórico el resultado de la votación. "Es un voto histórico en favor de la dernocracia", dijo, y se felicitó inmediatamente por la "sabia decisión del Senado"."Los líderes de los Gobiernos democráticos de Centroamérica sabrán apreciar la Senado del Senado a sus esfuerzos para construir sociedades más justas y más fuertes económicamente", añadió Reagan.

El proyecto de ley aprobado en el Senado incluye la concesión de 300 millones de dólares en ayuda a cuatro países centro americanos: Honduras, El Salvador, Guatemala y Costa Rica.

Aunque el proyecto aprobado por el Senado es muy similar al adoptado por la Cámara de Representantes el pasado mes de junio, la comisión de conciliación de ambas cámaras deberá ratificar ahora una versión unificada del mismo.

Para evitar que los procedimientos parlamentarios provoquen más demoras -un especialista de la cadena de televisión CBS señala que la votación final en la citada Cámara de Conciliación puede aplazarse hasta finales del presente año-, Reagan apremió a los congresistas para que aceleren los trámites reglamentarios, por considerar que los rebeldes antisandinistas necesitan con urgencia la ayuda.

Según el proyecto aprobado, 70 millones de dólares irán destinados a ayuda militar y los 30 restantes a ayuda logística y humanitaria. La Agencia Central de Inteligencia norteamericana (CIA) participará en la gestión de esos fondos. La entrega se hará en tres fases. La primera, de 40 millones de dóllares, el 1 de septiembre; la segunda, 20 millones, el 15 de septiembre, y la tercera, los 40 millones restantes, en febrero del próximo año. Las dos últimas entregas dependerán de la actitud negociadora de Managua.

El Senado rechazó una serie de enmiendas planteadas por la oposición demócrata que pretendían limitar el alcance del programa de ayuda, prohibir que asesores militares norteamericanos entrenen a la contra e invitar al presidente Reagan a que negocie con Managua.

El voto final en el Senado fue más apretado de lo esperado y cerró un debate que a veces ha sido áspero. Para superar las tácticas dilatorias de un importante núcleo de senadores demócratas, los republicanos decidieron recurrir al llamado voto de cierre del debate, pero para ello necesitaban 60 votos y sólo tienen 59 senadores. El primer intentó no dio resultado, pero, una hora después, tres senadores demócratas cambiaron de opinión, con la contrapartida de que el Senado aprobará un paquete de sanciones a Suráfrica.

La reacción de Nicaragua no se ha hecho esperar. El presidente, Daniel Ortega, afirmó que Reagan "aún tiene la oportunidad de no convertirse en un delincuente internacional" y advirtió que si el mandatario norteamericano firma la ley del proyecto de ayuda "se convierte en un delincuente internacional". "La votación del Senado norteamericano es un hecho escandaloso que desafía el orden internacional. Estados Unidos pretende romper el marco de la ley internacional e imponer la ley del más fuerte" en las relaciones entre los Estados, afirmó el presidente nicaragüense.

La 'batalla de Nicaragua'

El vicepresidente nicaragüense declaró días atrás que la ayuda militar a la contra no iba a cambiar la estrategia de la guerra ni a provocar que Managua busque más ayuda militar en el bloque socialista. Pero dijo que sí serviría para prolongar y hacer más sangriento un conflicto que ya se ha cobrado la vida de 14.000 nicaragüenses.

La Administración de Ronald Reagan inició su ayuda a la guerrilla antisandinista en el año 1981. Tres años después, el Congreso la cortó, al revelarse que la CIA estaba implicada en el minado de puertos nicaragüenses y en toda una serie de operaciones encubiertas.

Desde entonces, el presidente ha librado lo que ha sido calificado como la batalla de Nicaragua en el Congreso norteamericano. El pasado año logró convencer a las cámaras para que aprobasen la concesión de ayuda humanitaria por valor de 27 millones de dólares.

El pasado mes de marzo, la Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, rechazó el programa de ayuda planteado por el presidente. Sin embargo, en junio lo aprobó por 221 votos contra 209.

Este cambio de opinión fue conseguido gracias a la enérgica campaña y las múltiples presiones de Reagan.

Por otro lado, en este año electoral, muchos parlamentarios no quisieron correr el riesgo de verse acusados ante sus electores de haber favorecido la subversión comunista en América Central.

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