Protestas por las obras de encauzamiento del río Cigüela
El Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (MOPU) ha sido acusado por una decena de grupos ecologistas de estar rematando con las obras del encauzamiento y limpieza del río Cigüela, en Ciudad Real, la labor destructora de las zonas húmedas de La Mancha, que inició en los años sesenta. Una veintena de ecologistas impidió la semana pasada que las máquinas del MOPU arrancaran la vegetación de ribera a la altura de Villafranca, en una acción dirigida a hacer notoria su protesta por lo que consideran un atentado ecológico.
El presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, José Luna, ha manifestado que estas obras se realizan a petición del Patronato del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, con el fin de hacer posible que llegue más caudal de agua a este, espacio natural protegido, que está casi seco desde hace años. Igualmente opina que con esta limpieza se contribuye a aminorar los peligros de riadas.
Los ecologistas consideran absurdo que para regenerar una zona natural se tengan que destruir otras, con el agravante de que la sequía que padece el parque nacional obedece a la sobreexplotación de las aguas subterráneas de La Mancha, que tienen que regar precisamente los campos de cultivo que surgieron tras desecar el Ministerio de Obras Públicas miles de hectáreas de lagunas de esta zona.
Los grupos de defensa de la naturaleza también están en contra de que la Administración intente desecar varias lagunas artificiales creadas por los cazadores, ya que estas tierras inundadas constituyen en estos momentos el único refugio de miles de aves acuáticas en La Mancha.
Sin embargo, el hecho de que la detracción de aguas del río Cigüela para la creación de estas zonas encharcadas haya sido hecha de forma ilegal es considerado por las autoridades de la Confederación Hidrográfica del Guadiana motivo suficiente para obligar a sus propietarios a que las desequen.
