Un informe de geólogos confirma el mal estado de la Colegiata de Santillana del Mar
La Dirección General de Bellas Artes tiene ya el informe que en la primavera encargara a la facultad de Geología de la universidad de Oviedo para conocer el estado de deterioro en que se encuentra el claustro románico de la Colegiata de Santillana del Mar (Cantabria). Desde entonces los profesores Montoto, Esbert, Ordás, Alonso y Suárez del Río, del departamento de Petrología, se desplazaron varias veces a Santillana a fin de obtener polvo de piedra y, a veces, numerosas y microscópicas muestras de las columnas en que se asientan los capiteles, tanto de las más sanas como de las afectadas por la degradación. El informe conrirma el mal estado del claustro.
En el transcurso de estos meses, los geólogos examinaron al microscopío y efectuaron numerosos análisis de infractrometría de los materiales recogidos, que en ciertos casos sometieron a la acción del Edax, capaz de analizar químicamente composiciones microscópicas. En suma, 41 folios integran el informe sobre la salud del claustro considerado como portentosa síntesis de toda la temática de la iconografía románica.Los geólogos de la universidad asturiana confirman que los capiteles de Santillana sufren una elevada porosidad y están muy afectados tanto por la humedad ambiental como por otros focos generados a causa del defectuoso estado del tejado y, asimismo, por la procedente del material de unión de los sillares. Esto es, de su parte interna, de los morteros; aunque la más perniciosa es la originada por el tejado, las tres intervienen en la ruina de algunos capiteles.
El informe ni aprueba ni rechaza el tratamiento aplicado a las columnas de la Colegiata mediante una capa de impregnación de origen químico y a la que el obispado de Santander, pro pietarío del grandioso monumento, atribuyó la causa de nu merosas exfoliaciones en los capiteles. Sin embargo, el informe de los científicos precisa que, ta vez, pudo no haberse antes eliminado suficientemente la hu medad interna que afecta a lascolumnas, acaso porque se trataba de combatir, de forma exclusiva, la de carácter externo.
Medidas urgentes
El análisis científico muestra inquietud, preferentemente por el estado en que se encuentran los capiteles de la esquina suroeste del claustro, esto es, el ángulo de la galería sur donde puede verse el capitel número 11, acaso el más representativo de lo que está ocurriendo.
Los geólogos consideran que el claustro necesita una urgente reducción de la humedad, sobre todo en la zona sur (la más um brosa), reparación de las cubiertas y control de la extensión del agua por los muros, esto es, la procedente del suelo; preservación de los capiteles del agua que desciende del tejado; eliminación de la humedad que tiene su origen en los materiales de agarre y un seguimiento periódico del deterioro. Se sugiere, asimismo, la posible retirada y resguardo de los capiteles más degradados, que podrían ser sustituidos por sendas réplicas.
La metodología empleada por los profesores de Geología ha pasado por la caracterización petrográfica de los materiales, análisis comparativos de piedras alteradas y no alteradas, para lo que inspeccionaron unas canteras próximas; al río Pañuelo; determinación de propiedades físicas referentes a la humedad; descripción de las formas de deterioro y correlación exístente entre las características petrográficas y propiedades fisicas, así como las formas de las alteraciones para establecer el mecanismo del deterioro.
La polémica por la enfermedad de la Colegiata surgió a principios de abril entre los portavoces del obispado de Santander y de la Dirección General de Bellas Artes; el informe de la universidad de Asturias parece coincidir con las tesis del arquitecto Sancho Roda, de aquel organismo, quien atribuyó la ruina creciente del claustro al índice de humedad, a la lluvia que "desde hace unos años se halla saturada de ingredientes procedentes de la contaminación".
Soluciones discutidas
Aproximadamente un tercio de los 43 capiteles del claustro románico sufren, en mayor o en menor rigor, un proceso de degradación creciente, lo que, posiblemente, no fueron capaces de advertir los 78.000 visitantes que la Colegiata de Santillana tuvo a lo largo del año precedente, y sólo los muy observadores o expertos.El informe que ahora obra en poder de la Dirección General de Bellas Artes será una guía indispensable para encauzar en el futuro los trabajos para la protección del claustro. Según Leopoldo Uría, subdirector general y jefe del departamento de monumentos, ha explicado a este periódico, "la dirección general ha de supeditar sus acciones a un presupuesto que aún no ha sido aprobado. No poseemos, de momento, ningún plan para una actuación concreta".
"Lo que sí se hará", afirma Leopoldo Uría, "es acoger el informe de Oviedo como un guión técnico y de base científica para evaluar lo realizado hasta ahora y emprender otros trabajos que empezamos a preparar desde este momento. El estudio que ha llegado a nuestro poder sugiere un tratamiento integral del claustro. La sustitución de ciertos capiteles por una réplica sabemos que es operación demasiado traumática y no goza de buena prensa. Son soluciones muy discutidas y ahora mismo se nos plantea un problema semejante en el patio de los leones de la Alhambra granadina".
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