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Evgueni Evtushenko llega a Madrid para recitar versos prohibidos en 1966

El poeta soviético afirma haber sido "anti-antisionista, anti-antisemita y antiburocrático durante toda la vida"

Pilar Bonet

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El polémico poeta y novelista soviético Evgueni Evtushenko, uno de los jóvenes furiosos de la literatura de la URSS en los años cincuenta, llega hoy a Madrid con la intención de dar en la capital de España el recital literario que el general Francisco Franco y el entonces ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, le prohibieron durante su primer viaje a España, en 1966. Así lo ha manifestado en una entrevista con EL PAÍS el propio Evtushenko, el niño terrible de la pluma durante el período de la desestalinización, que hoy, con 53 años, es miembro de la nueva dirección de la Unión de Escritores de la URSS, elegida en el congreso celebrado el pasado mes de junio en Moscú.

Evtushenko dice haber sido "anti-antisionista, anti-antisemita y antiburocrático durante toda la vida", y se irrita expresivamente cuando se le tilda de poeta de la corte o cuando se le acusa de haber aceptado privilegios por parte del poder o haber practicado el equilibrio político durante su larga carrera profesional. "Es ofensivo", dice. "¿Qué quiere decir que gozo de una buena posición? ¿Es que sólo pueden gustar los poetas que han estado en la cárcel o tienen libros que no les editan?".El poeta está en el selecto elenco de figuras soviéticas que representan de forma reiterada la cultura de su país en el extranjero. En su haber se cuentan dos telegramas de protesta dirigidos a Leónidas Breznev, en 1968 y 1974. El primero para protestar contra la intervención soviética en Checoslovaquia y el segundo para hacer otro tanto contra la expulsión de Aleksandr Solyenitsin de la URSS. Su biografía incluye la militancia pro-distensión y contra la guerra nuclear, de acuerdo con la línea oficial del Kremlin. Uno de sus poemas, Mamá y la bomba de neutrones, le valió el premio estatal soviético en 1984. Entre sus últimas producciones está un poema dedicado al accidente de la central nuclear de Chernobil, donde se refiere a su Chernobil particular, tocando, según nos dice, un conflicto en su propia familia. Evtushenko, siberiano de origen, está casado en terceras nupcias y reside en una dacha (casa de campo) en las afueras de Moscú.

Más que el apelativo de poeta de la corte, a Evtushenko le irrita la información aparecida en el diario The Washington Post según la cual él y el poeta Andrei Voznesensky han actuado como mensajeros informales del Kremlin contactando a distintas personalidades culturales soviéticas hoy en la emigración, como el escultor Ernst Neizvestny, autor de un busto funerario de Nikita Jruschov.

Evtushenko admite los contactos con intelectuales emigrados, aunque no especifica con quién. "Ni Voznesensky ni yo hemos sido emisarios de nadie. No es muy bonito que estas personas difundan por la Prensa nuestras conversaciones privadas".

El retorno de los exiliados

Sobre si hay condiciones hoy en la URSS para un retorno de los exiliados culturales, dice que "éste es asunto suyo". "A mí no me gusta nada que se trate de interpretar nuestro buen deseo de que vuelvan si quieren como una misión especial. Esto no es verdad, y si lo interpretan así habrá que cortar todos los contactos con ellos. Nadie les va a arrastrar por la fuerza, si no quieren", afirma.Para Evtushenko, la diferencia entre el deshielo de la época de Jruschov y la etapa actual en el campo de la cultura está en que "antes había apertura informativa en obras literarias aisladas, pero no en un tono general en la Prensa. Ahora los periódicos escriben de una forma muy clara, no de todo y no del todo, pero el nivel de apertura de la Prensa va a veces por delante de la apertura en literatura. La literatura no es una expresión política directa, sino una investigación psicológica del tiempo".

El poeta considera que el congreso de los escritores soviéticos estuvo marcado por el "espíritu antiburocrático" y "fue posiblemente más sincero que nunca antes". Cree, sin embargo, que "declarar la abolición de los tabúes es poco. Hay que realizarla a través de la producción literaria".

La publicación de Agudas producciones antiburocráticas que recorren un camino muy largo desde su redacción a su publicación indicará, según Evtushenko, el paso "de las palabras a los hechos" en el panorama literario soviético tras la llegada al poder de Mijail Gorbachov. Entre "las primeras golondrinas", tal como él califica a estas obras, está la "estupenda novela" de Vladimir Dudinzev Ropa blanca, que va a ser editada en Leningrado. Otra golondrina es Los niños del Arbat, de Anatoli Ribakov, donde se aborda la muerte del político Serguei Kirov en 1934, y de la que dice: "Yo escribí un informe positivo". En su opinión, la censura "se inmiscuye menos en los últimos tiempos en el proceso literario", y como ejemplo cita los poemas contra la censura que él mismo publicó en el órgano del partido, el periódico Pravda, y la novela que está publicando actualmente en tres partes el novelista Chinguiz Aitmatov en la revista Novi Mir. Aitmatov habla de los drogadictos. El poeta piensa con todo: "a pesar de las muchas declaraciones, nuestra literatura no está aún al nivel de la gran literatura rusa".

El congreso de la Unión de Escritores Soviéticos reunió en Moscú a 10.000 delegados. "De ellos, sólo tres eran menores de 30 años.", señala Evtushenko. El poeta, que se muestra partidario de ayudar a los jóvenes escritores no como tales sino como autores de talento, pertenece al secretariado colectivo de la entidad, que está formado por algo más de 60 miembros. "Muchos escritores protestamos contra la semejanza de nuestra asociación a un ministerio, pues hay un jefe de poesía, un jefe de prosa y un jefe de dramaturgia". El nuevo *secretariado se encargará de "defender y llevar los libros que se encuentran con serias dificultades para su publicación a través de todas las barreras e instancias burocráticas, para que no sea la burocracia la que decida, sino la opinión de la dirección de la Unión de Escritores".

Evtushenko cree que las obras completas de Pasternak, incluida la novela El doctor Zhivago, pueden publicarse, en la URSS antes de 1990, centenario del nacimiento de Pasternak. El escritor piensa escribir un gran poema épico-lírico sobre el amor. "Ya me he expresado en muchos temas políticos", dice Evtushenko, recordando su intervención -censurada en la Prensa soviética- durante el congreso de escritores rusos, en diciembre de 1985. En su intervención citada, publicada por la Prensa occidental, Evtushenko criticaba la censura y la imposibilidad de abordar objetivamente los años de estalinismo.

De su viaje a España -quince días en Madrid, Barcelona y Granada-, Evtushenko espera que se concrete el proyecto de publicar sendas antologías de poesía moderna, una de autores españoles en la URSS y otra de poetas soviéticos en España. A Madrid, Evtushenko dice llevarse su película Jardín de infancia (1984), no estrenada en España, donde rememora su niñez en Siberia y su evacuación durante la ocupación nazi.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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