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Reagan da todo el poder a la CIA en Nicaragua

Francisco G. Basterra

El presidente norteamericano, Ronald Reagan, ha encargado a la CIA la dirección operativa de la guerra de la contra para batir a los sandinistas en Nicaragua, que le va a costar al contribuyente norteamericano bastante más de los 100 millones de dólares que el Congreso ha decidido conceder a los rebeldes, según confirmaron fuentes gubernamentales; en Washington. Se habla ya de 400 millones de dólares para financiar una operación destinada a que los sandinis tas "se rindan" como ha expresado el presidente, y que conecta directamente con las grandes operaciones encubiertas que hicieron famosa a la Agencia Cen tral de Inteligencia en los años cincuenta y sesenta, como la invasión de bahía de Cochinos o el derrocamiento de Arbenz en Guatemala.

El Departamento de Estado, para evitar suspicacias del Congreso, que en 1984 prohibió a la CIA operar en Nicaragua tras enterarse por los periódicos de que se había dedicado a minar los puertos nicaragüenses, mantendrá la dirección global política de la guerra contra los sandinistas. Pero, finalmente, ha sido William Casey, el director de la CIA, quien ha logrado la luz verde para la agencia, a la que quiere rehabilitar en su misión, originada en los tiempos de la guerra fría, de derrocar Gobiernos comunistas. Se trata también de demostrar la efectividad de la llamada "doctrina Reagan" de apoyo a las rebeliones anticomunistas en el Tercer Mundo. Casey habría prometido al secretario de Estado, George Shultz, no hacer nada sucio (como, por ejemplo, el famoso manual de 1984, en el que la CIA recomendaba el asesinato de sus oponentes en Nicaragua).Algunos críticos opinan que la guerra de Nicaragua "no es una operación paramilitar, sino militar", y debiera estar en manos del Pentágono. Pero el Departamento de Defensa se limitará a proveer un número de oficiales que entrenarán a los rebeldes. La Adminístración prefiere mantener la ficción de que se trata de una operación encubierta especial, lo que legalmente permite a la CIA dirigirla, y facilitará algo más importante, la utilización de fondos de los presupuestos especiales de la agencia del espionaje. La realidad es que, tras la aprobación por la Cámara de Representantes de la ayuda de 100 millones de dólares, que en agosto será ratificada por el Senado, la Administración de Reagan tiene un cheque en blanco para escalar la presión sobre Nicaragua hasta límites que sólo chocan con una intervención directa estadounidense.

En Washington ha comenzado a prepararse una guerra en serio, que cuenta con movilizar a un Ejército de 30.000 hombres (actualmente se cifra en 20.000 el núinero de contras en armas). Estados Unidos utilizará en esta operación un Ejército interpuesto que evite una intervención de los marines, que el presidente, oficialmen te, rechaza, pero de hecho la Administración aconsejará, entrenará, armará, suministrará información de inteligencia a la contra y les marcará los objetivos políticos y militares a cumplir. El diario The Washington Post ha revelado que el coronel William Comee Jr., un ex veterano de Vietnam que habla español y que ha dirigido las sucesivas maniobras norteamericanas en Honduras desde 1983, ha sido elegido para coordinar las operaciones militares.

Un comité de vigilancia

La CIA se ha comprometido con el Congreso a establecer un comité especial de vigilancia para controlar el dinero destinado a financiar esta guerra e impedir los abusos que se han producido hasta ahora en la ayuda a la contra. Una parte importante de los 27 millones de ayuda humanitaria, única que había aprobado el pasado año el Congreso, ha sido, al parecer, desviada a jefes del Ejército hondurefío o a responsables de los rebel des en cuentas bancarias en las Bahamas. Sólo el pago de los salarios de los agentes de la CIA, que está reforzando su red en Centro américa, y los vuelos de espionaje sobre Nicaragua se llevan más de 100 millones de dólares.Hasta ahora estos gastos no se imputaban a la ayuda a los rebeldes. El subsecretario de Defensa, Fred lkle, admitió el pasado fin de semana que el gasto militar de EE UU contra Nicaragua será manejado por la CIA y superará con mucho los 70 millones de dólares votados por la Cámara (los otros 30 millones están destinados a ayuda humanitaria). Esto, explicó lkle, permitirá entrenar a la contra en tácticas de guerrilla y suministrarle material militar, incluidos misiles tierra-aire (los rebeldes han solicitado misiles portátiles Stinger, capaces de derribar a los helicópteros artillados soviéticos Hind M-25, pero Washington aún no ha confirmado que pondrá estas armas en su manos). Cuatrocientos millones de dólares es probablemente "una cifra baja" para calcular el coste de la operación militar contra los sandinistas, dijo una fuente gubernamental.

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