El paso mortal del tiempo

La reposición de este famosísimo filme, que no es la primera que se hace en España en los últimos años, le hace perder fama. Hay películas que ganan con el paso de los años y otras que se deterioran a medida que envejecen Lawrence de Arabia es de estas últimas.En su tiempo pareció una película deslumbradora, pero este efecto se debía más que a virtudes de fondo a una sola y epidérmica virtud del cineasta británico David Lean: parecer más de lo que es. Lo puso de manifiesto también en El puente sobre el río Kwai -que sigue siendo su mejor película de madurez- y en Doctor Zhivago.

Estos dos filmes, junto con Lawrence de Arabia, dieron la vuelta al mundo como obras trascendentes, pero esa trascendencia es la del globo hinchado: el tiempo lo arruga. La muy falsa, artificiosa y superficial interpretación de Peter O'Toole es un factor decisivo del envejecimiento del filme.

Sobrevive de él el buen orden que siempre dio Lean a sus superproducciones, el brillante ejercicio del fotógrafo Freddie Young y algunas interpretaciones secundarias, como la de Quinn. Sobrevive también el sentido del espacio horizontal que Lean extrajo de los escenarios naturales del sur de España donde Lawrence de Arabia se rodó. Y poco más.

La película es una buena demostración de que hay filmes de altos vuelos, no menos altas ambiciones y con tremendos presupuestos, que se explotan eficacísimamente en cortos plazos y, una vez consumidos estos, se hunden en la mediocridad. Su producción hace historia de películas que no llegan a ser nunca historia.