_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

LA ELIPSE

26 lunesLa novela que ha escrito Juan Luis Cebrián (La rusa, Alfaguara, es, por decirlo con palabras de Cela a otro respecto, la purga de su corazón. La política, el periodismo, el poder, el espionaje, el contraespionaje, la información y el crimen, toda la España confusa de la transición la ha servido su periódico mediante la técnica stendhaliana (no inventada por Stendhal) del espejo a lo largo del camino. O de la historia. Mediante toda la imparcialidad (formal) de que es capaz el lenguaje periodístico. Y manteniendo una conducta abierta, progresista y orientadora, esperanzadora. Pero he aquí que el hombre que inventó el invento, JLC, a sus 41 años, o al pasar la característica depresión de los 40, ha necesitado decir su verdad, o decirnos en qué se ha transformado ésta. Para ello utiliza el trámite distanciador, embozador, de la ficción, que ocultando una parte revela el todo (la portada del libro, una foto del periódico, es vinculante). Son muchos los españoles que se preguntan, a diario, qué pensará Cebrián realmente del crimen del día, del atraco de la semana, del político de actualidad, de las elecciones pasadas o venideras. El hermetismo. personal de JLC trasciendea su periódico, a este periódico, en forma de imparcialidad e independencia. Y, para salvarse de tanto hieratismo, Cebrián ha escrito una novela en el momento justo. La forma abierta del género le permite realizar esta "purga de su corazón" y una purga de la política, de la vida y de la España actual., En el. interior de su protagonista también se ha operado una transición, la famosa transición hacia el desencanto, el escepticismo final del hombre lúcido. Por este libro sabemos que nuestro escritor no es intangible: la decepción, la confusión, el cansancio, son el revés de la tensa vela de papel de periódico en cuyo viento navega España. La rusa perfuma como una flor del mal. Del mal del siglo.

28 miércoles

Barrio de Delicias, donde comienza el hondo Sur de Madrid. Presentación electoral de Izquierda Unida. Gerardo Iglesias habla invocando la línea Asturias/Dolores. Ramón Tamames habla concreto, eficaz y, documentado, como siempre. Los demás completan eso que este periódico ha llamado "macedonia". Los macedonios están racionalmente optimistas. Carmen Tamames, como siempre, bellísima y tomando diuréticos, apoyá en el quicio de todas las mancebías rojas, cariátide de los dinteles que dan a la revolución. Ana/ Víctor, esa pareja feliz. Rosa León. Líster me da un abrazo colosal. Es el último héroe de una especie a extinguir: los de la guerra. García Hortelano, López Salinas y otros espléndidos escritores que han insistido y persistido en la gauche. Alonso Puerta y Balbín reparten cordíalidad. Todo el hotel tiene mucha refrigeración (y un juego de espejos a lo Orson WeIles), excepto el salón alquilado por IU, que nos retrotrae el calor catacumbal de otras conspiraciones. Pero ésta es una conspiración a cielo abierto. Gauchistes por libre y dos partidos comunistas españoles y univitelinos. En la superficie distingo la flora y la fauna del ecologismo político de Tamames, y en la bajura, el pensamiento aristocrático y revolucionario de Sartorius. La típica copa pobre del pecé. Curiel, el Robert Redford que sueña todo el rojerío femenino para tliplar. Encuentro a los macedonios realistas, fácticos, dispuestos a ganar los pocos y dignos escaños que dignamente pueden ganar. "Es una pena lo del Duque, me dicen, y una pena lo de Carrillo". Santiago, ahora, es "Carrillo" para los comuneros. Andreu Claret, en el bar refrigerado del hotel, me habla de lo mismo. La sombra de Santiago, histórica y errática, se mueve entre la fiesta de las copas.

30 viernes

He inaugurado las salas de arte del Casino, de Madrid/Torrelodones presentando a Will Faber, el gran abstracto alemán/hispánico. WF, a sus 80, está erguido, presente, creador, imaginativo y actualísimo.

1 domingo

Plácido Domingo quiere ser alcalde de Madrid. Y hay que hacerle. Madrid, regocijado en sí mismo, Madrid, creación última de Tierno (bello libro de Gómez Rufo sobre el vp), Madrid, que nos mata, según Moncho Alpuente, convoca a Paco de Lucía para ponerle guitarra a la miseria de Vallecas/Pozo. Madrid entoña en la Castellana las rosas blancas de los viejos aguaduchos, cubriendo todo el trayecto (lo último, "Castellana 21"). Madrid acude a la catacumba de agua de Colón/plaza para presenciar la moderna danza catalana. Madrid de la conga, la salsa y la caña en Barquillo, 29. Madrid ilustrado por Pasolini, en Mayor, 86. A Madrid se le sube a la cabeza un hígado de clase media. Alguien lo dijo de Ortega: "Su prosa está tan madura que puede empezar a pudrirse". Madrid está tan maduro de madrileñismo y movida que puede.empezar a zumbarse. Estamos en el punto en que llegan a conocerle a uno hasta las peripatéticas de Castellana, orilla izquierda. Es cuando un hombre todo voz y sólo voz, como Plácido Domingo, porque hizo un pregón de las fiestas, puede decir eso de que quiere ser alcalde de Madrid. El señor Domingo haría de Madrid una opereta hortera, un Luxemburgo sin conde, una zarzuela psocialdemócrata con reparto de Felipes, coros de la gran Banca (Banesto realizó en el 85 beneficios de más de 22.000 millones), figuración de parados y toda esa movida de los pantom que hay estos días en Torrejón. PD cree que Madrid es un cantable. La culpa es de Madrid.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_