Despensa de poeta
Las obras, necesarias tras el traslado de la facultad de Bellas Artes a la Ciudad Universitaria, costaron 800 millones de pesetas, extraídas no sin dificultad de cuatro ministerios. El esfuerzo dejó al edificio como para enfermar de envidia a muchos directores de museos -puertas como ya no se hacen, iluminación discreta y eficaz, piedra, madera y mármol, pomos de bronce-, aunque vacío como la despensa de un poeta. Hasta ahora, sólo se podía visitar una mañana y una tarde a la semana, y el año pasado lograron hacerlo 3.000 personas.La importancia de la colección hace sombra, aunque no puede ocultar, la de la biblioteca, que aunque en las últimas décadas ha perdido unos 100 volúmenes valiosos, guarda 36.000 libros, incluidos 17 piranesis. También es de primer orden la sección de calcografía, sólo comparable en Europa a sus equivalentes en Roma y París, con 7.000 planchas de grabados, incluidos todos los de Goya; tiene también un taller escuela de estampación, único en España.
Babelia
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