Las consecuencias de Chernobil
A medida que los efectos radiactivos del accidente de la central nucleár de Chernobil se disipan, sus consecuencias políticas se hacen cada vez más densas sobre Europa occidental. La catástrofe soviética parece haber resucitado, a una velocidad que ha cogido desprevenidas a las autoridades de muchos paises, una corriente de opinión que se creía agotada en estos últimos años a fuerza de luchas ganadas a medias, o totalmente perdidas, contra la energía nuclear civil, contra la energía nuclear militar y a favor de la defensa del medio ambiente.En Holanda, el Gobierno anunció el miércoles el aplazamiento de cualquier decisión sobre la construcción de nuevas centrales nucleares hasta que las consecuencias del accidente estén perfectamente aclaradas. Realmente no se trata de una medida conservadora adoptada por un Gobierno de centro-derecha que no está seguro de conseguir, en dos semanas, la victoria en las elecciones legislativas. Pero la catástrofe de Ucrania lleva el agua al molino de la oposición socialista, hostil a la energía nuclear y que podría reunir en este tema una corriente de opinión frustrada en su combate de seis años contra la implantación de los misiles de la OTAN.
En la República Federal de Alemania (RFA) las reacciones entroncan ampliamente con un reflejo de pánico. (...) La inquietúd que se ha adueñado de la población plantea desde ahora un problema al Gobierno federal que, a pesar de sus declaraciones tranquilizadoras, no consigue frenar las reacciones desordenadas de los lander. Las autoridades de la región de Baden-Würtemberg, por ejemplo, han prohibido la salida de 10 grupos de jóvenes que debían acudir a la República Democrática Alemana en el marco de un programa de intercambio entre ¡as dos Alemanias. Berlín Este, de repente, acusa a la RFA de aprovechar el accidente de Chernobil para dedicarse a una campaña de anticomunismo primario y amenaza interrumpir totalmente los intercambios de jóvenes.
Los verdes reparten su ofensiva contra las centrales nucleares, el candidato socialista a la presidencia de la República austriaca, Kurt Steyrer, reclamando que se detenga la construcción del centro de reprocesamiento nuclear de Wackersdorf, en Baviera. En el Sarre, el socialdemócrata Oskar Lafontaine, jefe del Gobierno de la región, ha hecho saber que iba a pedir a Francia que renuncie a la puesta en servicio de la central de Cattenom, en Lorena.
La Prensa germana occidental, por otra parte, comienza a asombrarse por la total ausencia de reacciones y medidas de precaución en Francia.
9 de mayo
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