El polémico desayuno de George Bush

Tan sólo la pregunta de quiénes no acudieron a su desayuno de trabajo logró alterar la seguridad y rutina del vicepresidente de Estados Unidos, George Bush, en su conferencia de prensa al despedirse de Costa Rica. El día de la toma de posesión de Óscar Arias asistieron al desayuno los presidentes centroamericanos presentes -Guatemala, Honduras, El Salvador y Panamá-, pero se abstuvieron los de los países de Suramérica -Colombia, Argentina, Perú y Uruguay-

El peruano Alan García aprovechó incluso su ronda nocturna por San José para, además de cantar lo de Déjame que te cuente, limeña, lanzar una andanada contra Estados Unidos, país al que acusó de "dictador económico" y le negó el derecho a repartir certificados de democracia.

Aparentemente, todo esto no irritó a Bush, que regresó a Estados Unidos embriagado por la clamorosa ovación que le tributé el público del estadio Nacional, en San José, cuando el vicepresidente norteamericano llegó para tomar parte en la ceremonia de la transmisión de poder.

La ovación fue superior incluso a la que dieron al nuevo presidente Arias y sorprendió a algunos asistentes, que llegaron a calificar el espectáculo de "vergonzoso, si se tiene en cuenta la política de Estados Unidos en América Latina". Esto sólo ocurre en Costa Rica. En cambio, la representante de Nicaragua, la hermosa embajadora Claudia Chamorro, que llegó al estadio vestida de blanco y rosa en mano, se llevó un abucheo.

Estados Unidos disfruta de una gran consideración entre el pueblo de Costa Rica, país que recibe una fuerte ayuda económica norteamericana. Bush capitalizó los aplausos.

Durante la conferencia de prensa, en sus continuas referencias al "réginien marxista-leninista de Nicaragua", Bush no cesó de resaltar las ovaciones que recibió él, en contraste con los pitos a la representante de Managua. El vicepresidente de Estados Unidos llegó a decir a los periodistas que "ésta es la noticia que vende periódicos" y no la de quién vino o no a desayunar con él. Los que no fueron, dijo, "se perdieron un excelente desayuno".