_
_
_
_
Tribuna:LA ESTRATEGIA DE LA UNIÓN GENERAL DE TRABAJADORES
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El futuro del sindicalismo en Cataluña

El sindicalismo moderno ha de partir de 100 años de lucha asumida y de un legado histórico identificado en los militantes obreros que aportaron su ilusión y su vida en el difícil camino del avance de la clase trabajadora en sus renovadas metas de bienestar.La Unión General de Trabajadores, al filo de su centenario, constituye el testimonio permanente de este proceso continuado de progreso social y mejoras colectivas para los trabajadores de este país.

Por ello UGT plantea su estrategia a partir de una perspectiva global del ciudadano trabajador; el pretender encajonar la acción sindical en el marco de la empresa o el mundo del trabajo con la excusa de una concepción moderna de un nuevo sindicalismo de servicios es establecer un forzado divorcio y una dicotomía injustificada entre lo que es sindical y lo que río lo es, convirtiendo a la larga el sindicato no en un instrumento al servicio del trabajador, sino en una cúpula paternalista de defensa benefactora del trabajo que sirva de cobertura a una sociedad neoliberal.

El trabajador y la trabajadora lo son situados en su puesto de trabajo, pero también lo son cuando no lo tienen, a pesar de intentar conseguirlo infructuosamente, y cuando buscan unos recursos mínimos para su subsistencia en medio d el salvaje sistema competitivo a que ha abocado la actual sociedad posindustrial.

Y aun los empleados continúan siendo trabajadores u obreros en el hogar, el barrio o la comunidad social en que viven, asumiendo sus particularidades culturales, sus orígenes geográficos o el propio estándar de vida que les confiere el nivel qué ocupan en unas estructuras laborales diversificadas y jerarquizadas.

El sindicato debe dar respuesta a todas estas situaciones personales sin intentar invadir espacios que puedan corresponder a otras instancias o agentes sociales, pero sin olvidar su fin último de servicio a la clase trabajadora.

Tres son las características que marcan el problema cuando vamos a enfilar el último decenio del siglo XX: la constatación de que el trabajo es un bien escaso y limitado; la irrupción impetuosa y desbordante de las nuevas tecnologías, que afectan no sólo a la esfera laboral, sino también a todos los ámbitos de la propia vida, y el aumento del tiempo destinado al ocio, bien sea como consecuencia del propio desempleo, la reducción de jornadas laborales, el descenso de la edad de jubilación o el aumento de la esperanza de vida.

La reducción del mercado del trabajo no es un fenómeno derivado exclusivamente de la crisis económica, sino del propio reequilibrio de la relación productiva en la sociedad actual.

Esfuerzo imaginativo

Si el sindicalismo quiere aceptar el reto, debe aportar su esfuerzo imaginativo para distribuir con criterios de justicia y equidad, y para administrar este bien escaso que es el trabajo, lo cual no se logrará jamás con actitudes de confrontación permanente y maniqueísmos diferenciadores, habida cuenta de que no se trata de un problema de lucha de clases, sino de un análisis global de la sociedad.

La Unión General de Trabajadores ha optado por la vía de la concertación y la negociación colectiva que, desde una posición de responsabilidad y mediante alternativas como el Acuerdo Económico y Social y la promoción de fondos de solidaridad, permita limitar el impacto de la caída del mercado del trabajo.

El control de precios, la lucha contra el fraude fiscal, la supresión del pluriempleo y determinadas medidas concretas de acción sindical habrán de generar el marco de flexibilidad preciso para el crecimiento del empleo, la solidaridad entre activos y pasivos, la cobertura social de los trabajadores y el aumento de los índices de ocupación.

Superación del dogmatismo

El reto que para la sociedad moderna suponen las innovaciones tecnológicas debe ser asumido por el sindicalismo como el agente externo que deberá forzar la transición hacia un nuevo modelo de convivencia y relaciones colectivas.

La sociedad del futuro conlleva en sí misma la superación de buena parte de los tics dogmáticos que han constituido condicionantes absolutos de las actuaciones colectivas a lo largo de bastantes decenios.

La relación misma entre sectores sociales diferentes, inquietos ante un futuro que no acaba de ser asumido en su integridad, han convertido en obsoletos planteamientos que cada vez más tienen un sentido verbalista y seudorrevolucionario en el contexto de un mundo en evolución.

Las nuevas tecnologías inciden de forma singular en modificar las pautas del mercado del trabajo, por lo cual es necesario que desde el sindicato se controle el proceso para contrarrestar los efectos ne gativos que puedan derivarse.

Por otro lado, nuevos sectores de trabajadores -especialistas, técnicos, graduados, profesionales y dirigentes- adquieren cada día un mayor protagonismo, tanto cuantitativo como cualitativo, en el conjunto de la sociedad trabajadora a partir de la importancia creciente de su función; esto exige analizar la singularidad de estos sectores de trabajadores desde una óptica global de solidaridad proletaria y conciencia trabajadora.

Un sindicato moderno, y la Unión General de Trabajadores apuesta por ello, no puede caer en el error de ser un mero grupo de presión o un colectivo corporativista y gremial en defensa de intereses determinados.

El sindicato debe promover, organizar y garantizar unos servicios técnicos, asistenciales, económicos y sociales a sus afiliados, pero desde una perspectiva abierta a todos los trabajadores y rehuyendo la consideración de sindicato de servicios.

Acción reivindicativa

El sindicato ha de ser reivindicativo y ha de luchar tenazmente por el mantenimiento del poder adquisitivo, el incremento salarial, la reducción de la jornada de trabajo, la jubilación preferencial y anticipada y el aumento de vacaciones; ha de conseguir mayores derechos sindicales, salida laboral y conciencia colectiva de clase, y todo ello habrá que hacerlo sin renunciar a una lucha sindical tenaz que pase por movilizaciones, denuncias constantes y ejercicio del derecho de huelga. Pero ello no significa que deba encasillarse como un sindicalismo de confrontación.

El sindicato del futuro debe estar presente en la vida social y política en el barrio, en los ayuntamientos, en las asociaciones, y debe estar inmerso en todo el tejido social, estimulando la..recuperación del protagonismo de la sociedad civil en su conjunto frente a permanentes tentaciones de oficialización, estatificación o esclerosis partidista; evidentemente, esta actitud, aunque en ocasioens se quiera interpretar interesadamente, es diametralmente contraría a lo que se entiende por sindicalismo político.

La Unión General de Trabajadores de Cataluña plantea un proyecto sindical de futuro identificado en la realidad social y la problemática colectiva del país, víctima de la crisis y con unas tensiones sociales más graves si cabe que las de otras comunidades de España y de otros países europeos.

La Unión General de Trabajadores de Cataluña entiende que la vida de la solidaridad y el servicio al trabajador en toda su realidad humana es la única vida de apuesta por el futuro.

Justo Domínguez de la Fuente es secretario general de UGT de Cataluña.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_