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Aplazada indefinidamente la 'cumbre' de Fez, aunque Siria se unió a los preparativos

Antonio Caño

ENVIADO ESPECIAL, Los países árabes fracasaron finalmente en su intento de convocar una cumbre para condenar el ata que norteamericano contra Libia. La participación, en el segundo día de negociaciones, en la ciudad marroquí de Fez del ministro de Asuntos Exteriores sirio, Faruk el Shara, que había estado ausente en la apertura, no fue suficiente para salvar las profundas diferencias que dividen actualmente al mundo árabe.

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Después de dos días de reuniones, los ministros de Asuntos Exteriores de los 21 países de la Liga Árabe -algunos estuvieron representados a más bajo nivel- sólo consiguieron un compromiso para volverse a reunir en Marruecos el próximo. mes de junio, después del. Ramadán, con la misma misión de elaborar el orden del día de una cumbre árabe.La reunión de Fez no ha servido para acercar las posiciones ni siquiera mínimamente. Al término de los trabajos, a última hora de la noche de ayer, el ministro libio de Asuntos Exteriores, Kamal Hasan al Mansur, repitió que su país quiere que la cumbre se celebre sobre territorio libio, concretamente en la ciudad natal de Muammar el Gaddafi, Sebha, al sur del país. Mansur insistió en que la reunión de jefes de Estado debe tener carácter extraordinario y estar dedicada a analizar exclusivamente "la agresión norteamericana contra Libia".

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Abdelatif Filali, que actuó como portavoz de la conferencia, dijo que el bombardeo de Trípoli y Bengasi no había sido estudiado "en absoluto" y añadió que simplemente se habían revisado "los temas genéricos" de una cumbre.

Irak, Arabia Saudí y los demás países del Golfo han defendido desde un principio la necesidad de que cualquier cumbre árabe que se celebre próximamente debe incluir el análisis de la guerra entre Irán e Irak, a lo que se niegan Siria Libia.

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Los esfuerzos de Hassan II, que había convocado la cumbre para mañana, han, por tanto, fracasado. Es la segunda vez que la gestión mediadora del monarca marroquí no logra resultado. La última cumbre extraordinaria árabe, en agosto pasado en Casablanca, no consiguió reunir a Siria y Arabia Saudí, representantes, respectivamente, de los campos radical y moderado del mundo árabe.

Hassan II exhortó a los ministros de Asuntos Exteriores reunidos en Fez a llegar a un acuerdo, pero las palabras del rey, que algunas fuentes calificaron de duras, sólo vaticinaban el fracaso posterior.

La intervención personal del monarca marroquí sí permitió, sin embargo, la presencia ayer en Fez del ministro de Asuntos Exteriores sirio, lo que, en principio, contribuyó a albergar algunas esperanzas.

La ausencia de Siria, cuyo papel creciente en Oriente Próximo y su relación con la Unión Soviética le convierten en un interlocutor imprescindible en el mundo árabe, suponía la imposibilidad absoluta de tomar decisiones de ningún tipo en esta reunión.

El secretario general de la Liga Árabe, Chadli Klibi, lanzó ya en su discurso de inauguración del miércoles los primeros cabos al Gobierno de Damasco, al dedicar gran parte de su intervención a "las agresiones israelíes contra Siria". Pero el régimen de Hafez el Assad habrá tenido también en cuenta, sin duda, para cambiar de posición, el aislamiento al que voluntariamente se sometía con su postura.

En su conversación con las delegaciones, el rey Hassan II criticó directamente, según fuentes cercanas a la reunión, la propuesta de Libia de trasladar la cumbre a su territorio. Poco después, el ministro libio de Exteriores, Kamal Al Mansur, dijo a los periodistas que su país mantenía la candidatura de la ciudad libia de Sebha.

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