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Europa ante la crisis libia

DIARIO 16( ... ) Ni los países europeos ni la inmensa mayoría de las naciones de la comunidad árabe -con la excepción de los otros dos países del frente de rechazo, Yemen del Sur y Siria- deben estar interesados en que prosiga la escalada acción-reacción entre Libia y Estados Unidos. ( ... )Fernández Ordóñez hizo públicas algunas conclusiones sustantivas de la reciente reunión del lunes en La Haya, en la que los ministros de Asuntos Exteriores de los 12 países comunitarios llegaron a consensuar jugosas medidas políticas y diplomáticas.

Dichas medidas se basan en una clasificación, formulada por el grupo especial de cooperación en la lucha contra el terrorismo de la CEE, de cuatro tipos de países graduados por su implicación en activictades terroristas: los que hacen propaganda y apoyan el terrorismo, los que proporcionan apoyo logístico y permiten el establecimiento de bases terroristas en su territorio, los que cometen actos terroristas apoyándose en organizaciones amigas y, finalmente, los que cometen acciones terroristas de forma directa.

Ni el Gobierno español ni ninguno de los de la CEE tienen duda de que Libia se incluye en el cuarto grupo, al que se le reservan, sobre el papel, severísimas medidas que incluyen ruptura de relaciones diplomáticas, repatriación de naturales, ruptura de todo intercambio comercial e incautación de bienes estatales del país en cuestión, entre otras. Pues bien: la CEE debe hacer saber a Libia que aplicará estrictamente estos criterios punitivos si la revolución de este país sigue exportando a Occidente la menor iniciativa delictiva, directamente o por movimientos terroristas interpuestos.

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Fernández Ordóñez sugirió, al parecer, en La Haya la conveniencia de negociar con la Liga Árabe la imposición de sanciones a los países terroristas, y su propuesta es esencial, para conseguir los efectos deseados. Al cabo, la actitud de Occidente no se dirige en absoluto contra la comunidad árabe, con la que hay que establecer a medio plazo un sistema de relaciones más profundo y estable que el precario y desequilibrado que emanó de la crisis del petróleo, sino contra algunos miembros fanáticos y agresivos de ella. (... )

, 17 de abril

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