Laín Entralgo: "La guerra acabó con el 'medio siglo de oro' de la moderna literatura española"
Comienza un ciclo de homenaje a los autores muertos en 1936
El ciclo La literatura españoIa en 1936: evocación y homenaje, organizado por el Ministerio de Cultura, se inició ayer en la Biblioteca Nacional con la intervención de Pedro Laín Entralgo, director de la Real Academia Española. Para Laín, "la guerra acabó con el medio siglo de oro de la moderna literatura española". El ciclo continuará hasta el 7 de mayo con intervenciones de Juan Marichal, María Zambrano, José Luis Cano y Julián Marías, entre otros, quienes darán su visión de los siete escritores muertos durante 1936: Valle-Inclán, Pedro Muñoz Seca, José María de Hinojosa, Federico García Lorca, Manuel Cijes Aparicio, Miguel de Unamuno y Ramiro de Maeztu.
"El tajo sangriento de nuestra guerra", afirmó Laín Entralgo poco antes de su intervención, "cerró definitivamente lo que desde hace varias décadas propongo llamar el medio siglo de oro de nuestras letras". En esta denominación, Laín propone englobar el período que arranca en los primeros ochenta del siglo pasado, cristaliza en la generación del 98, se continúa en la llamada generación del 14, con Ortega a la cabeza, y concluye con la generación del 27. "Con excepción de Valle-Inclán, que murió en enero de 1936, todos estaban produciendo cuando se inició la contienda", afirma Laín, "y a ellos se había sumado una nueva carnada de poetas, en la que destacaban Miguel Hernández y Luis Rosales".
La muerte de Unamuno
Laín dedicó varios párrafos de su intervención a repasar la vida y la creación, durante 1936, de los siete escritores muertos ese año, pero se extendió en la figura de Miguel de Unamuno por entender que es el más significativo. "Todos murieron de diferente manera, pero sin contar con ello con demasiada antelación. A mí me sorprenden y se me ocurren ejemplares esos dos últimos meses de su vida en los que Miguel de Unamuno revisa y corrige su original adhesión al alzamiento militar", continúa Laín. Tal vez por ello en enero de 1937, tras conocer su muerte, José Ortega y Gasset dirá: "Había afectado a tal número de compatriotas que los que seguíamos viviendo casi teníamos vergüenza de no habernos muerto".El inicio de la guerra convulsionó la creación literaria y la vida misma de los escritores: "Algunos ya habían mostrado su preocupación y perplejidad en los meses anteriores, como se evidencia en los artículos de Unamuno para la revista Ahora, pero es a partir del 18 de julio cuando cada uno pondrá su talento, su quehacer y su modo de estar instalado en la vida y ante la guerra al servicio de la causa que consideraron más justa".
Con ellos surgiría la llamada literatura bélica o de la guerra, "que tiene un carácter único, pero es de calidad muy diferente a la que habían hecho hasta entonces. En general, es una literatura de urgencias y, para unos, de rebelión frente al alzamiento, o de secuacidad, para los del otro bando".
Pedro Laín Entralgo cree necesario proponer un epílogo a la reflexión general sobre la literatura y la guerra y recuerda aquella alusión al "alma desilusionada" con la que Ortega y Gasset se refería, en 1923, a la Europa de entonces. "Creo, sin embargo, que quienes fuimos testigos o protagonistas de los hechos de 1936 debemos mantener un alma memoriosa, arrepentida y avisada". Se muestra contrario a quienes proponen el olvido como estrategia y cree necesario que "todos" se arrepientan "de que se produjese algo tan terrible". "Si humilde y ambiciosamente, a la vez, nos enfrentamos a la vida, con arreglo a esta alma memoriosa, arrepentida y avisada", concluye repitiendo, "estaremos en mejores posibilidades de dar un fruto suficientemente satisfactorio".
Este ciclo prosigue mañana con la intervención del historiador Juan Marichal, que hablará sobre el decenio 1926-1936 en una conferencia que ha titulado Una espléndida década.
El 14 de abril se celebrará una mesa redonda que llevará el mismo título del ciclo y en la que, participarán Rosa Chacel, Ernesto Giménez Caballero, José Antonio Maravall, Rafael Martínez Nadal y María Zambrano.
Babelia
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