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Marco de la vida de las gentes

Arquitectos y urbanistas estudian en Madrid desde ayer, y durante cinco días, el porvenir de las ciudades europeas, en un congreso que se plantea los nuevos métodos de intervención en los centros de capitales europeas. El congreso, cuyas cuestiones primordiales se recogen en este artículo, se celebra en el Centro Cultural de la Villa.

La revalorización de la ciudad tradicional como marco de la vida de las gentes es uno de los hechos culturales más destacados de los últimos años en toda la Europa occidental.La insatisfacción por la ciudad creada sobre las bases funcionalistas durante las épocas del crecimiento acelerado no se basa únicamente en las demandas insatisfechas de una periferia mal dotada y peor organizada, sino en un rechazo frontal del modelo de ciudad del bloque abierto en todo un ambiente cultural.

Esta situación se ha reflejado en la cultura urbanística y arquitectónica en corrientes para las que la ciudad tradicional se constituye como un modelo que seguir. La ciudad es el referente, el ejemplo.

La ciudad deja de ser considerada un organismo, un mecanismo, y pasa a ser un hecho cultural, un paradigma.

Se considera la ciudad como espacio de la integración, de la democracia, y se formula con su propia realidad una utopía razonable. Como se ha dicho, "el signo de esta época es la seducción por la belleza de las ciudades".

Este discurso se extiende no a los espacios centrales, sino incluso a las periferias existentes o a los nuevos crecimientos.

La alternativa de la rehabilitación se ha configurado como el movimiento cultural y profesional en que se sintetiza en estos momentos la mayoría de los valores antes citados.

La propuesta rehabilitadora entiende la conservación como acto de creación y transformación que permite a la ciudad adaptarse a las necesidades tanto funcionales como higiénicas requeridas por los nuevos habitantes.

Estas posiciones culturales han tenido una especial relevancia en las propuestas urbanísticas formuladas para Madrid. Recuperar Madrid ha sido la guía de las actuaciones en esta ciudad.

Lugar para la fiesta

Su indudable éxito, tanto en la recuperación de los espacios para la vida cotidiana como para la fiesta, la fuerza y la potencia del conjunto de actuaciones en marcha, configura un marco adecuado para una revisión de la situación en el momento actual.

Por otra parte, concebir la ciudad como un hecho cultural supone, por su propia configuración, la existencia de diversas alternativas que exigen ser debatidas, pero no se trata de debatir alternativas ideales, sino de propuestas concretas que van a tener una incidencia real en la vida de los ciudadanos.

Es con este motivo con el que se reúnen en estos días en Madrid destacados profesionales de la arquitectura y el urbanismo de cinco capitales europeas (Madrid, París, Londres, Roma y Berlín), para debatir desde una perspectiva abierta y crítica el futuro de sus ciudades.

Este debate deberá afrontar el reto que supone responder a los grandes interrogantes que la puesta en práctica de estos principios, con la percepción clara de que nuestra sociedad está encontrando el camino para saber responderlos, plantea.

A mi entender, las preguntas que deben debatirse no son otras que las siguientes:

1. ¿Cuáles son las nuevas demandas que es necesario que la ciudad central asuma para mantener esa vitalidad que la convierte en paradigma?

2. ¿No ha de ponerse en cuestión el concepto tradicional de centro de ciudad si los métodos de intervención han de tratar precisamente de trabajar en la periferia con los elementos de tradición del centro, y en el centro, con los elementos de modernidad de la periferia?

3. ¿Cuáles serán en el futuro las bases de relación entre lo viejo y lo nuevo para conseguir una ciudad vital que sea al mismo tiempo fiel a sí misma y a su memoria?

4. ¿Es necesario que la rehabilitación afronte más decididamente la reforma urgente del centro, incluso superando criterios proteccionistas?

5. ¿El éxito de la recuperación del centro no plantea la cuestión de para quién se recupera?

Estas cinco preguntas, cuya respuesta constituye el objetivo del congreso que se está celebrando en Madrid, únicamente pueden formularse desde la profundización constante de las políticas de rehabilitación, y no desde la actitud de destrucción indiscriminada que constituía el eje de pasadas etapas.

La celebración de este congreso espero que, en definitiva, nos ayude a concebir, a imaginar, la respuesta a la pregunta: ¿cuál va a ser el futuro de nuestras ciudades?

es arquitecto y adjunto al gerente municipal de Urbanismo de Madrid.

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