Una piscifactoría de Cádiz cambia el mercado de la trucha
La primera empresa privada de España dedicada a la producción y comercialización de huevos de trucha arco iris (salmo gairdneri) se encuentra en Benamahoma (Cádiz). Esta piscifactoría comenzó a funcionar en 1983 y, según los estudios de la propia empresa, durante este año tendrá una producción de cinco millones de huevos embrionados de trucha arco iris, 20 millones en 1987, 40 millones en 1988 y 50 millones a partir de 1989. Si se consiguen óptimos resultados, esta actividad experimental se realizará de forma totalmente industrial. Esto supondrá cambiar el mercado de truchas, con la reducción de las importaciones españolas, que en 1984 supusieron 300 millones de huevos por un valor de 500 millones de pesetas, y la posibilidad de exportar a Europa.
La piscifactoría Truchas de Benamahoma, SA, empresa de interés nacional que cuenta con dos premios nacionales de investigación otorgados por el Ministerio de Industria y Energía y proporciona trabajo a 10 personas: tres titulados -gerente, biólogo y encargado- y siete operarios, que realizan todas las labores necesarias para la cría de la trucha.La piscifactoría comenzó a funcionar en octubre de 1983 con la incubación de unas partidas de huevos embrionados de gran calidad procedentes de Estados Unidos y Dinamarca. De esta partida se seleccionaron 10.000 unidades, que fueron engordadas hasta los 500 gramos, momento en que se realizó una segunda selección para conseguir 5.000 unidades, la mitad de cada sexo. Estas últimas se han cultivado hasta hoy, y ya antes de cumplir dos años de edad presentaban un peso medio por individuo de un kilogramo.
Durante 1984 se realizó el mismo tipo de cría sobre una partida de huevos embrionados procedentes de Dinamarca. Por último, en junio de 1985 se introdujo una partida de huevos procedentes de Estados Unidos con el fin de seguir el ciclo del cultivo de reproductores y producción de huevos en la piscifactoría.
El ciclo de producción se repetirá a partir de 1988, con la presencia anual de truchas reproductoras idóneas de tres, cuatro y cinco años de edad, además de las de uno y dos años, que no suelen producir huevos de calidad. Los machos con más de tres años de edad y las hembras con más de cinco se retiran, ya que se vuelven muy belicosos y sus productos sexuales dejan de ser buenos. A partir de esta edad se destinan al mercado como truchas asalmonadas y ahumadas.
Adquirir oficio
Durante 1984 se realizó el primer desove experimental en Benamahoma. Entonces los resultados no fueron buenos como consecuencia del mal estado sanitario de los reproductores y de los efectos de la consanguinidad. Pese a todo, esta experiencia sirvió para la toma de contacto de los trabajadores con el oficio y para demostrar que allí se podían producir huevos de trucha, cosa que hasta entonces muchos dudaban.Con el desove realizado en agosto de 1985 con truchas criadas ya en la propia piscifactoría se obtuvieron huevos durante los meses de verano, época en la que el mercado potencial europeo de compra de huevos embrionados sólo se abastece hasta ahora de las importaciones norteamericanas y australianas.
Tanto Jesús Obispo como Manuel Librero, gerente y biólogo, respectivamente, de la piscifactoría, coinciden al señalar que no se utilizó ningún tipo de técnicas para adelantar el desove de los reproductores, "simplemente mediante la selección de truchas precoces en el crecimiento y con una alimentación adecuada conseguimos huevos de trucha durante los meses de verano". "Esto fue posible gracias a las condiciones naturales de que disponemos, tanto en lo referente al agua como a la situación de la piscifactoría", afirman Obispo y Librero.
Esta empresa cuenta con una financiación oficial obtenida mediante un convenio de colaboración con el Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (Cedeti), dependiente del Ministerio de Industria y Energía. Esta ayuda concluirá el próximo año, una vez que la empresa se encuentre en condiciones de producir y vender los huevos como tal industria en pleno rendimiento.
El Cedeti encargó a una consultora el control económico, de construcción e investigación, desde el inicio de las obras en la piscifactoría. En la actualidad, la empresa consultora supervisa todo el trabajo y realiza mensualmente un informe económico y otro biológico al Cedeti, para que el ministerio conozca, a través de este organismo, todo lo referido a gastos y a resultados.
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