El precio de la libertad

Coincidiendo con la feliz noticia de la puesta en libertad del policía español y los dos funcionarios de la Cancillería secuestrados en Beirut, gracias a un acuerdo entre el Gobierno y los propios secuestradores, con la intervención del líder chiita y ministro de Justicia libanés, Nabih Berri, la Sala Segunda del Tribunal Supremo vio ayer el recurso de casación que interpusieron los dos chiitas condenados a 23 años de cárcel por el intento de asesinato, en septiembre de 1984, de un funcionario de la Embajada libia en España. (...)De creer a pie juntillas al subsecretario del Interior, Rafael Vera, los guerrilleros libaneses han dejado en libertad a sus rehenes únicamente por la firmeza demostrada por el Gobierno español en no aceptar sus condiciones, lo que no deja de ser un hecho tan sorprendente como inédito, teniendo en cuenta que ni el poderoso Gobierno de Estados Unidos ni los de otras naciones han sido todavía capaces de hacer valer su autoridad para obtener la liberación de sus ciudadanos, que también permanecen secuestrados en Beirut. Pero el propio Vera ha dejado entrever que no todo es tan fácil cuando ayer ratificó las posibles vías a seguir para intentar devolver a su país a los dos chiitas encarcelas en Madrid, admitiendo así más que implícitamente el alcance del compromiso suscrito con los secuestradores. (...)

El problema es de carácter legal y político. La falta de un convenio bilateral entre Madrid y Beirut para el posible cumplimiento de las condenas de ambos en una cárcel libanesa hace difícil, a corto plazo, esta solución, lo que obligaría a considerar la hipótesis de un indulto como otra fórmula posible.

Sea cual sea el procedimiento, y caso de que finalmente los, dos chiitas volvieran a Beirut, va a ser muy dificil que el precedente sentado no aliente a otros a tentar igualmente la firmeza del Gobierno para conseguir fines similares

21 de febrero