Barcelona 1929-1986, una estrategia urbana

La voluntad de que Barcelona fortalezca su cualidad de ser a la vez capital cultural, comercial y deportiva tiene su expresión más marcada en uno de sus espacios urbanos concretos: el que fue recinto de la Exposición Universal de 1929 y ahora lo es de la feria y de edificaciones culturales y deportivas. Una parte de la Barcelona del futuro se replantea, por tanto, en un área histórica, sobre la que en estos últimos años se está invirtiendo un enorme esfuerzo que paso a paso, edificio a edificio, modernice la zona.Toda una serie de proyectos se ha realizado en este sentido. Dos de ellos, por su forma y escala, pretenden otorgar coherencia a las partes de este conjunto. Nos referimos a la reurbanización de la avenida de la Reina María Cristina y a la remodelación del Sector Norte de la Feria. La primera, realizada por el urbanista Lluís Cantallops, ha consistido en el reforzamiento del eje compositivo predominante del recinto; aquel que desde la plaza de España, pasando por entre las dos réplicas del Campanile de Venecia, subiendo con amplias escalinatas el desnivel de la montaña y dejando a cada lado los dos palacios gemelos de Alfonso XIII y de Victoria Eugenia, culmina en una de las siluetas más genuinas de la Ciudad Condal, la enorme fachada horizontal del Palacio Nacional. La otra operación, cuya primera fase fue terminada en septiembre pasado, es la que bajo el proyecto de Pep Bonet, del Studio PER, plantea la reestructuración de un sector de la Feria de Muestras. Mediante un edificio-pantalla, de poca profundidad, que configura la plaza de l'Univers, se consigue crear un espacio urbano que dé coherencia a tres palacios preexistentes. Una utilización no estricta de los criterios académicos de composición permite alcanzar una de las más logradas obras barcelonesas de los últimos años. Una obra que se situaría en la corriente posmoderna y experimental que trabaja en una renovación del lenguaje arquitectónico a partir de un uso desinhibido y eclecticista de criterios, elementos y técnicas constructivas de la historia, intentando, sin embargo, llegar a soluciones de síntesis y sencillez.

Operaciones puntuales

El resto de las intervenciones (si olvidamos de momento el Anillo Olímpico y la futura revitalización del Pueblo Español) son operaciones puntuales que pretenden reforzar el carácter de esta zona de parques, museos y teatros. Así, a los preexistentes museos se añadirá la conversión de una parte del Palacio Nacional en Museo de Arte Moderno, según proyecto de la arquitecta italiana Gae Aulenti, especialista internacional en este tipo de operaciones de acondicionamiento interior de grandes contenedores. También la Fundación Joan Miró dispone ya de un proyecto de ampliación, realizado por Jaume Freixa, ex colaborador de Josep Lluís Sert, que va a iniciarse de inmediato. Y además del Teatre Grec, desde octubre pasado se dispone de otro teatro en este área, que se ubica en el antiguo Mercado de las Flores.

De toda esta operación de estrategia urbana, la intervención que posee un mayor papel simbólico y cultural es la construcción de la réplica del pabellón de Mies van der Rohe -paradigina de la modernidad en arquitectura-, que va a ser inaugurada en el próximo mes de abril. Intervención que quedará frustrada mientras no se elimine el pabeflón del INI contiguo, el cual condena a la obra de Mies a un lugar secundario e imposibilita algunas de sus visiones que a través de las fotos de la época lo convirtieron en un mito.

El desorden que se expresa en toda esta área arranca ya de 1929, cuando el proyecto unitario planteado por Josep Puig i Cadafalch se fue fragmentando y desvirtuando, y los edificios y pabellones se situaron sin prácticamente planificación. A otra escala, este fenómeno de subdivisión e individualización se ha vuelto a producir en la solución del Anillo Olímpico: sobre la propuesta ganadora del concurso internacional restringido (diseñada por Correa, Milá, Margarit y Buxadé; elegante, clara y adaptada al lugar, por una parte, y neutra y flexible, por otra) se han integrado partes de los proyectos de algunos de los otros concursantes; en concreto, Arata Isozaki, Ricardo Bofill y Vittorio Gregotti.

La Barcelona preolímpica, por tanto, ha escogido para una parte de su proyecto de futuro el que fue recinto de la Exposición de 1929, símbolo hoy de un pasado triunfante. Tenemos en el Montjuic actual un claro ejemplo de las relaciones espaciales entre poder y ciudad.