¿5.000 nuevos contribuyentes?

Es evidente que en España existe una economía sumergida de notable importancia. Es evidente también que ello constituye un mal. ( ... )Ante esto, la Administración guarda silencio, y en más de un sentido habría que decir que se calla con benevolencia. Por una parte, acepta entusiasmada los beneficios, conseguidos por estas empresas situadas tan al margen de la ley, porque así, a través de lo que públicamente se ha llamado la opacidad fiscal ante esos fondos, los canaliza para esterilizar el tremendo déficit presupuestario que padece. ( ... ) Por otra, asume esta evidente alteración del mercado del trabajo porque en el fondo sabe que así está dispensada de mejorar las ayudas a los parados. ( ... )

Añadamos otro juego que requiere que, como los monitos del cuento, la Administración ni vea, ni hable, ni oiga. Éste es el de la exportación. Más de una vez se susurra el papel que estas empresas tienen para mantener saneada nuestra balanza comercial, y el ejemplo del caso italiano parece tranquilizar a todos.

Por eso ha resultado extrañísima la reacción que de pronto acaba de tener el ministro de Economía y Hacienda.- Al observar que el IVA ha dado unos primeros pasos que han' mostrado una lamentable imprevisión de su ministerio, mientras se suben los precios sin tino y mientras los empresarios interrogan al fisco y reciben respuestas que lo sumen aún más en la perplejidad, se le ha ocurrido hallar algo bueno en este impuesto: ha permitido descubrir medio millón de contribuyentes vinculados a la economía sumergida. Pero, bueno, ¿cómo se puede lograr esto técnicamente ya de inmediato?

¿Conoce el Gobierno la magnitud de la economía sumergida con aceptable aproximación? ¿Va a adoptar alguna medida seria de cambio estructural, esto es, en el mercado de trabajo, en el déficit, en atenciones al paro, en política de cambio y comercio exterior, capaz de agostarla? ¿Puede y le conviene a esta Administración hacer eso? Mientras no aclare todo eso, está de más cualquier referencia a descubrimientos tan curiosos como el que ha llegado a agitar como una escarapela de triunfo esos enigmáticos 500.000 contribuyentes que se dicen alzados por el IVA.

6 de enero