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España promueve negociaciones entre Managua y la oposición sandinista

Francisco G. Basterra

España está promoviendo negociaciones entre los sandinistas y su oposición interna, con el objetivo de llegar a un acuerdo político y conseguir la pacificación de Nicaragua, según informó ayer el diario estadounidense The New York Times. La iniciativa de Felipe González no busca el diálogo entre los sandinistas y la contra, como exige EE UU, pero el plan español no está dirigido contra la política norteamericana en Nicaragua, según el embajador español en Managua, Luis Cuervo. Según estas fuentes, el diplomático ha logrado ya que los sandinistas se reúnan dos veces con la oposición y está dispuesto a convocar un tercer encuentro para el próximo mes.Las conversaciones, que se desarrollan a nivel privado, se iniciaron el pasado septiembre y han tenido como interlocutores a Rafael Solís Cerda, por los sandinistas, y a los dirigentes de los partidos Liberal Independiente y Socialcristiano. Según el diario norteamericano, Felipe González, ha promovido esta iniciativa preocupado por el fracaso del plan regional de paz de Contadora y por la inexistencia de alternativas al mismo. "Había un sentimiento de que Contadora estaba en un callejón sin salida y España decidió llenar el vacío", dijo un diplomático europeo en la capital nicaragüense.

El embajador español, Luis Cuervo, declaró en Managua que estamos actuando como aliados leales de EE UU porque, honestamente, creemos que una confrontación final y un baño de sangre, que aparecen cada vez como más probables en este país, perjudicarán a los intereses de todos, incluido EE UU". Hace ya meses que la política del Gobierno socialista de Madrid hacia Centroamérica no suscita preocupación en Washington, donde en épocas anteriores se recibieron con irritación algunos gestos de España hacia Nicaragua.

España persigue en estas conversaciones, según fuentes oficiales de Managua, que los sandinistas lleguen a un acuerdo político con la oposición. Los comandantes desean, en un segundo paso, que los socialcristianos y los liberales condenen la ayuda norteamericana a la guerrilla contrarrevolucionaria y pidan a ésta que abandone la lucha armada y negocie una salida política. El objetivo de la oposición es la apertura de un proceso interno de reconciliación nacional.

El líder socialcristiano, Erik Ramírez, dijo que su partido quiere comenzar el próximo año contactos directos con los rebeldes y expresó su deseo de hablar con Adolfo Calero, el principal líder de la contra. Según declaró el dirigente liberal, Virgilio Godoy, la contra ha solicitado a los sandinistas que levanten el estado de emergencia, declaren una amnistía general y establezcan un calendario para celebrar nuevas elecciones.

Rafael Solís, miembro de la dirección sandinista, que participó en las conversaciones, advirtió contra cualquier "optimismo indebido" sobre la iniciativa española. Dijo que dudaba de que los sandinistas pudieran alcanzar un compromiso con la oposición y que, incluso si lograban un acuerdo, no había garantías de que la contra depusiera las armas.

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