Armas espaciales y control de armamentos
Diversos acuerdos restringen las actividades de los Estados en el espacio exterior, el medio en el que, de acuerdo con lo previsto en el programa de Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI) de Estados Unidos, se situarían los nuevos recursos de protección contra los misiles nucleares.Si tales recursos incluyeran, como recientemente se ha propuesto, láseres de rayos X accionados por detonaciones nucleares en el espacio, se violarían dos tratados: el de prohibición de pruebas parciales de 1963 y el del espacio exterior de 1967.
El primero prohíbe todo tipo de explosión nuclear "en la atmósfera y más allá de sus límites, incluyendo el espacio exterior" (artículo I,1 (a)).
El segundo prohíbe situar en órbita alrededor de la Tierra "cualquier objeto portador de armas nucleares o de cualquier otra clase de armas de destrucción masiva", la instalación de tales armas en cuerpos celestes o el estacionamiento de las mismas en el espacio exterior "en cualquier otra forma" (artículo IV).
Estados Unidos no sólo es parte en estos dos acuerdos multilaterales, sino que (junto con la Unión Soviética) fue su principal patrocinador.
El acuerdo más pertinente a esta materia es el tratado ruso estadounidense de 1972, que limita los siteinas de misiles antibalísticos (ABM), definidos como sistemas "para responder a los misiles balísticos estratégicos o a sus elementos en trayectoria de vuelo" (artículo II). De acuerdo con este tratado, tal como quedó modificado por un protocolo en 1974, a cada parte se le permite el despliegue de sólo un sistema ABM geográfica, cuantitativa y cualitativamente limitado, bien en su capital nacional o bien en un complejo de misiles balísticos intercontinentales (artículo III).
Despliegue limitado
Este permiso de despliegue se aplica sólo a los sistemas ABM con base fija en tierra, y asimi.sino es únicamente para dichos sistemas ABM con base fija en tierra para los que se permite un desarrollo y unas pruebas limitados (artículo IV). Los desarrollos, pruebas o despliegue de sistemas ABM o de sus componentes que tengan "sus bases en el mar, el aire, el espacio o tengan base móvil en tierra están expresamente prohibidos" (artículo V).
Es cierto que en la interpretación D del acuerdo, adjunta al tratado, las partes declaran que "en el caso de que en el futuro se creen sistemas ABM con base en otros principios fisicos, y componentes de los mismos capaces de sustituir a los misiles interceptadores ABM, a los lanzamisiles ABM o a los radares ABM, las limitaciones específicas para tales sistemas y sus componentes deberán ser sometidas a discusión... y acuerdo".
Sin embargo, resulta bastante claro que el Gobierno de Estados Unidos ha adoptado a lo largo del período que. ha seguido a la firma del tratado el punto de vista de que la permisión para desarrollar y probar los sistemas ABM con base en "o tros principios fisicos" se aplica sólo a los sistemas con base fija en tierra.
Esta interpretación oficial estadounidense se expone en los informes sobre el impacto del control de armas que el presidente de Estados Unidos somete al Congreso año tras año. El último, para el año fiscal de 1986, fue publicado en 1985 (1).
No existe, por tanto, base algu na para la posición de ciertos funcionarios estadounidenses que han utilizado la interpretación D del acuerdo en un intento de justificar las pruebas y el despliegue de los sistemas de misiles antibalísticos con base en el espacio.
Si ha de ser respetado el tratado ABM, la SDI, en la medida en que proporciona fondos para sistemas distintos de los fijos con base en tierra, no debe entrar en la etapa de desarrollo y prueba. El sentido de estos términos fue explicado como sigue por el negociador estadounidense, el embajador Gerard Smith, en el Comité de Servicios Armados del Senado durante las audiencias de éste referentes a la ratificación del tratado ABM (2):
"Las prohibiciones sobre desarrollo (de sistemas, aparatos o cabezas nucleares) contenidas en el tratado ABM debían comenzar en aquella parte del proceso de desarrollo en que se inician las pruebas de campo con un prototipo o con un modelo... El hecho de que las primeras etapas del proceso de desarrollo, tales como las pruebas de laboratorio, pudieran plantear problemas a la hora de su verificación por medios técnicos nacionales constituyó una importante consideración en el logro de esta definición. Los intercambios de puntos de vista con la delegación de la URSS pusieron de manifiesto que esta definición es también la interpretación soviética del término desarrollo". Esta explicación se ha repetido regularmente en los informes anuales sobre el impacto del control de armas.
Interpretación ofial
Así, la afirmación que frecuente mente se hace en Estados Unidos de que las pruebas de campo no están incluidas en la noción de de sarrollo se contradice con la inter pretación oficial estadounidense de las prohibiciones del tratado ABM. La investigación sola en cualquier clase de sistemas defen sivos con base en el espacio no es ilícita per se. Las afirmaciones soviéticas de lo contrario no tienen ninguna base en la letra del tratado. Asimismo contradicen la delegación hecha en 1972 por el ministro de Defensa Grechko ante el Presidium soviético (3): "(El tratado ABM) no establece en absoluto ninguna limitación sobre la ejecución de los trabajos de investigación y experimentación encaminados a resolver el problema de la defensa del país contra el ataque de misiles nucleares".
No obstante, resulta difícil reconciliar tales actividades con él propósito del tratado ABM, que es el de renunciar a la léfensa del territorio o de una región en particular (excepto en la forma que específicamente se permite) de cada parte contra los misides balísticos. Por consiguiente, la planificación de tal defensa con cualquier medio, actual o futurístico, contradice el espíritu del tratado ABM. Este plan puede socavar la misma filosofia que hace 13 años llevó a los negociadores a reconocer que la limitación de los sistemas de misiles antibalísticos sería un "factor importante para refrena la carre ra de las armas estratégicas ofensivas y conduciría a una reducción del riesgo de estallido de guerra que suponen las armas nucleares" (párrafo 3 del preámbulo del tratado). Esto equivalla a admitir que la búsqueda de una defensa de misiles antibalísticos haría más probable la guerra nuclear al crear una nueva fuente de inestabilidad estratégica.
1. Joint Committee Print, 91Y congreso, 11 sesión, Washington, abril de 1985, página 36.
2. Hearings, 99º congreso, 1ª sesión, 18 de julio de 1972, página 377.
3. Véase nota 1; página 35.
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