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Asuntos Exteriores se opone a Agricultura en la conferencia mundial de la FAO

Juan Arias

España, que había empezado con gran prestigio la conferencia mundial de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que se está concluyendo en Roma, ha acabado dando un resbalón que le ha costado no haber entrado en el consejo de este organismo para el próximo año. Participará sólo de 1987 a 1989, y aun en dicha votación estuvo a punto de quedarse fuera.

La única explicación posible ha sido que los países en vías de desarrollo han querido castigar a nuestro país por lo ocurrido el pasado día 20. Aquella mañana, sorpresivamente, nuestra delegación oficial, que el día anterior había votado en comisión a favor del presupuesto -una decisión que le valió el aplauso a nuestro delegado permanente, Ismael Díaz Yubero, que es también consejero de Agricultura, Pesca y Alimentación-, se abstuvo de votar. Y al abstenerse se alió con los países más poderosos, como Estados Unidos, Canadá, Australia, República Federal de Alemania, Bélgica, Holanda y Nueva Zelanda. Evidentemente, la decisión española de aliarse con los países ricos contra los 126 países que votaron a favor creó malhumor y sorpresa. Hasta el punto de que en la asamblea hubo pitos y abucheos para España.

España, excluida

La decisión última de abstenerse fue tomada por el Ministerio de Asuntos Exteriores cuando ya por parte del Ministerio de Agricultura nuestro representante permanente, Díaz Yubero, había obtenido el permiso para votar a favor, al lado, por ejemplo, de todos los países de América Latina y de todo el Tercer Mundo en masa. Y así, en el consejo, en el que participan 49 miembros de los 158, en una votación secreta, España fue excluída mientras entraron Turquía y Yugoslavia.Lo menos que se puede decir es que no ha habido una coordinación suficiente entre ambos ministerios y que España se había podido muy bien ahorrar este bochorno innecesario, si se tiene en cuenta que la aprobación del presupuesto apenas si suponía un puñado de dólares más para nuestro país.

Si España quiere demostrar, se decía estos días en los ambientes de la FAO, que desea participar con mayor fuerza que en el pasado en esta organización y que quiere ser un interlocutor válido autorizado y de prestigio, sobre todo, entre Europa y América Latina, debe demostrarlo con los hechos sin ponerse al lado de los países más poderosos.

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