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"CUMBRE" EN GINEBRA

Reagan pide a la Unión Soviética que abra sus fronteras

Francisco G. Basterra

Ronald Reagan, que hoy viaja a Ginebra "en misión de paz", propuso el jueves por la noche (madrugada del viernes en España) la apertura de las cerradas fronteras soviéticas al "mayor intercambio de personas" de la historia de las relaciones entre las superpotencias. En una alocución televisada, el presidente declaró como objetivo del histórico encuentro la apertura de un diálogo que dure más allá de su presidencia. El presidente norteamericano se reunirá cuatro veces durante los próximos martes y miércoles con el líder soviético, Mijail Gorbachov.

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Los pacifistas quieren ser oídos

"Sería ingenuo pensar", advirtió el presidente norteamericano, "que una sola reunión puede establecer una paz permanente". Reagan descartó prácticamente ]a posibilidad de lograr un acuerdo sobre control de armamentos, al afirmar que "el control de armas nucleares no es en sí mismo una respuesta a las tensiones Este-Oeste".La principal esperanza del presidente Reagan para la cumbre es "reducir la desconfíanza", así como "disminuir los niveles de secretismo y lograr un mundo más abierto". Para conseguirlo, el presidente considera básico un mejor conocimiento mutuo de los dos pueblos.

A pesar del optimismo que manifestó Reagan ante su reunión con Mijail Gorbachov -la primera entre los líderes de las superpotencias desde que Leonid Breznev y Jimmy Carter se vieran en Viena en 1979- sólo un 50% de los norteamericanos espera una mejora de las relaciones tras la cumbre. Según un sondeo publicado ayer por The New York Times, un 30% cree que la reunión conducirá a un acuerdo de reducción de armas nucleares, confirmando las pocas expectativas que despierta el encuentro y que han tratado de ser reducidas por la Administración para evitar una reacción negativa si fracasa la cumbre.

Educación y cultura

Reagan anunció como muy probable la consecución en Ginebra de un acuerdo para incrementar los intercambios educacionales y culturales entre las dos naciones, que presentó como el resultado más positivo que puede lograrse en la cumbre. Carter congeló estos intercambios tras la invasión soviética de Afganistán.

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Con su habitual candidez, que tan bu enos resultados tiene en la opinión pública, el presidente se preguntó si no sería maravilloso que los norteamericanos pudieran ver más veces el teatro Bolshoi y los soviéticos tuvieran, a cambio, a los Beach Boys cantando en Moscú y los niños de la Unión Soviética pudieran ver el programa de televisión Calle Sésamo.

Reagan se entusiasmó con la idea de miles de estudiantes rusos yendo a Estados Unidos para aprender "el espíritu de la libertad" y ver que no se quiere "hacer daño a la URSS", así como de la juventud norteamericana viajando en el sentido contrario.

El presidente advirtió a sus conciudadanos que no esperen acuerdos concretos de importancia y dijo que los resultados no se deben juzgar por lo que Gorbachov y él firmen en Ginebra. Situándose ya en la historia, Reagan sugirió que quiere dejar un legado de paz a las futuras generaciones.

Reagan declaró: "Ésta puede ser una oportunidad histórica para establecer un rumbo más seguro y constructivo hacia el siglo XXI. Me sentaré frente a Gorbachov para tratar de establecer una base para un discurso pacífico, aunque nuestros desacuerdos fundamentales no cambiarán. Debemos impedir que nuestra competición internacional se desborde en violencia. Miramos al futuro con optimismo y vamos,a Ginebra con confianza".

El presidente norteamericano llegará hoy por la noche a Ginebra, y el domingo y el lunes descansará y preparará los últimos detalles de sus entrevistas con Mijail Gorbachov -ocho horas en total-, que comenzarán a las 10 de la mañana del próximo martes.

Reagan no ofreció ningún signo de que se hayan reducido las diferencias entre Estados Unidos y la Unión Soviética sobre sus respectivas propuestas de control de armamentos. Fuentes de la Administración norteamericana confirmaron ayer que no es aceptable la última oferta soviética de una reducción mutua de 300 misiles intercontinentales basados en tierra (ICBM).

El presidente anunció que EE UU "está preparado para reducir en un 50% sistemas comparables", pero la reducción debe producir un equilibrio estable, sin capacidad de primer golpe y verificable.

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