Un estudio científinico aseguro que no había posibilidad de erupción
La conclusión de una comisión científica que estudió recientemente la actividad del volcán Ruiz aparece como una triste paradoja del destino. Los técnicos establecieron que no había posibilidades de que se produjera una erupción volcánica de consecuencias catastróficas.Un equipo del Ministerio de Minas de Colombia, el Instituto Geofísico de los Andes y autoridades departamentales analizó las posibilidades de que el volcán Ruiz entrara en actividad, a raíz de que se observaran fumarolas en el cráter Arenas.
La comisión estableció cuatro posibilidades de erupción, de acuerdo con el tipo de la montaña. La hipótesis de flujo de lava sólo tenía el 8% de posibilidades de hacerse realidad. De ocurrir, se decía, afectaría a un área de 90 kilómetros cuadrados.
El flujo piroclástico, consistente en expulsión de piedras frías y calientes, alcanzaría a sectores distantes entre 10 y 20 kilómetros de la montaña. Este fenómeno se da cada 1.000 años, y las posibilidades de que se produjera eran del 21%.
Otros dos tipos de actividad posible eran la lluvia de cenizas, que es lo que ha estado ocurriendo en los últimos meses. Y la cuarta hipótesis era la explosión lateral, que es la ruptura por un costado del cráter. El efecto sería similar a la explosión de una bomba atómica. El flujo del material podría alcanzar velocidades de hasta 500 kilómetros por hora. La probabilidad de que se diese esta situación era casi nula, concluyó el estudio científico.
Los primeros informes de la erupción del Ruiz señalan que se produjo flujo de lava y lluvia de cenizas que afectó a un sector de varios centenares de kilómetros cuadrados.
Grandes flujos de lodo
En las cuatro posibilidades que analizaron los geólogos y sismólogos se ocasionarían grandes flujos de lodo y crecidas en el caudal de los ríos. Se aseguraba que el nivel de las corrientes fluviales podría crecer entre 12 y 30 metros. "Pero la velocidad del lodo es lenta, lo que permitiría evacuar la población fácilmente", estableció la comisión, que citó como ejemplo el caso de Armero, "ciudad que sería evacuada en dos horas sin peligros".
Sin embargo, la realidad hizo fracasar estrepitosamente los cálculos de los científicos. Pues además de la lengua de lava, aluviones de los ríos Chinchiná y Lagunilla -con árboles, animales muertos, lodo y rocas- arrasaron la localidad de Armero en tan sólo unos minutos.
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