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DEBATE DE LOS PRESUPUESTOS

Solchaga anuncia mayor rigor en la lucha contra la inflación

El ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, anunció ayer ante el Pleno del Congreso de los Diputados al presentar los Presupuestos Generales del Estado para 1986, que el Gobierno extremará el rigor en la lucha contra la inflación y el déficit público con el fin de consolidar lo conseguido durante los tres últimos años mediante políticas, similares a las adoptadas en Europa por Gobiernos "de derecha o izquierda". La oposición, además de cuestionar estos logros, le recordó el olvido de anteriores promesas y el aumento del paro, estimado por el propio ministro para 1985 en 100.000 personas más que en el año anterior. Manuel Fraga calificó los presupuestos de "realmente socialistas". "o sea", dijo, "de echarse a temblar, porque los españoles pagarán más y recibirán menos; entregarán al Estado un 40% de sus esfuerzos o trabajo".

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De los 80 minutos que duró su discurso, el ministro dedicó la mitad a resaltar las mejoras de los últimos tres años o las de 1985 en cuanto a la balanza de pagos, costes, inflación, empleo, rentas o inversiones. "Los resultados son aceptables", dijo. Aunque admitió que el paro registrado (demandas de trabajo en las oficinas de empleo) crecerá este año en 100.000 personas, frente a un aumento de 170.000 en los nueve primeros meses de 1984 y de 200.000 en todo el año pasado.Solchaga utilizó el resto de su exposición para justificar la necesidad de "austeridad y solidaridad" en los gastos e ingresos, así como en anticiparse a las críticas que inspiran las enmiendas a la totalidad de los presupuestos y las correspondientes peticiones de devolución al Gobierno presentadas por todos los grupos, excepto por el PNV: descenso de la inversión pública, aumento de la presión fiscal y transferencia del déficit público a las autonomías.

Agregó Solchaga que el Gobierno mantendrá la misma línea seguida en Europa por Gabinetes de derecha o izquierda. Concretó tales directrices en que, como actualmente la economía sólo encontrará la senda del crecimiento sostenido en la demanda interna (consumo e inversión privada), ello requiere un proceso previo de saneamiento que reduzca la inflación y los tipos de interés. Y dijo que sólo se conseguirá con políticas de control del déficit público. No por el aumento de ingresos, sino por el descenso deLgasto.

El IVA

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Frente a los temores de que el próximo año aumente la inflación por la entrada en vigor del impuesto sobre el valor añadido (IVA) o por la financiación del déficit público, el ministro expresó la necesidad de despejar toda incertidumbre y anunció mayor rigor en el control de la cantidad de dinero. Afirmó que en 1985 se cumplirá el objetivo de aumentar la masa monetaria una media del 13%, y que en 1986 "los activos líquidos en manos del público crecerán un punto por de bajo", es decir, para igual inflación (en torno al 8%) habrá menos creación de dinero.

Apoyo a la inversión

El Gobierno persigue, sin embargo, un aumento real del crédito al sector privado para apoyar la inversión, e intentará reducir el déficit público del actual 5% del producto interior bruto (PIB) al 4%.

Según Solchaga, será posible terminar 1986 con un 8% en el aumento de precios porque, además, las subidas derivadas del IVA vendrán 'por una sola vez" y no elevarán la inflación subyacente. Argumentó al respecto que va a continuar la moderación salarial según lo previsto en el Acuerdo Económico y Social (AES), que la desaceleración de los precios energéticos aliviará la inflación importada, que a ello contribuirán también la baja de aranceles obligada por la entrada en la CEE y los tipos de cambio de la peseta, y que "se va a seguir produciendo una reducción significativa de los tipos de interés nominales y reales".

El ministro apenas dedicó una octava parte del discurso al capítulo de ingresos. Precisó que, si bien se tiende a elevar la presión fiscal un punto (desde el 15,9% hasta el 16,9% del PIB, alcanzan do los 5,4 billones de pesetas en el Estado), la reducción del impuesto sobre la renta en 150.000 millones de pesetas permitirá que disminuya "la presión individual y directa que sufren los ciudadanos", y la presión tributaria real (impuestos y tasas) sólo crecerá 0,1 puntos porque otros 0,4 puntos procederán de ingresos no fiscales. Las cuotas a la Seguridad Social descenderán 0,1 puntos, dijo. Sobre el capítulo de gastos, matizó que su incremento será del 6,8% si se consolidan los del Estado, organismos autónomos y Seguridad Social y si se excluyen grandes partidas que desfiguran estos presupuestos. No obstante, explicó que se ha dado prioridad a los gastos sociales (Seguridad Social, educación e investigación) y que realmente las inversiones, aunque descienden aparentemente un 15,7% en términos consolidados, "ni aumentarán ni descenderán, porque habrá otros 53.000 millones de pesetas en proyectos cofinanciados por la CEE.

Descalificaciones de Fraga

Al defender su texto alternativo a los presupuestos y pedir la devolución del proyecto al Gobierno, el presidente de Alianza Popular Manuel Fraga, descalificó la gestión económica del Gobierno y aseguró que el 40% de los esfuerzos y el trabajo de los españoles va a parar al Estado.

Tras indicar que son los presupuestos de resignación, de "que me quede como estoy", Manuel Fraga manifestó que durante los tres últimos años se han destruido 700.000 puestos de trabajo y ha descendido el poder adquisitivo de los salarios, al contrario que en Europa.

Asimismo, criticó la política tributaria y, en especial, la modificación socialista de la ley general tributaria, "en virtud de la cual nadie puede equivocarse sin ser sancionado, porque se parte del principio de que toda equivocación es dolosa".

Aunque el político conservador no lo mencionó en su primera intervención, el ministro dijo ver en las palabras de Fraga una petición de amnistía fiscal. "Es claro que mantengo la amnistía fiscal para que salgan a la luz esos infames pagarés del Tesoro, para que afloren los activos", reconoció Fraga.

El líder del Grupo Popular acusó al Gobierno de haber renunciado a sus responsabilidades con la pretensión de trasladar la carga al sector privado, aunque no ha hecho nada en su favor "ni en los costes sociales, ni en los fiscales, ni en los financieros". Dio como evidente la conclusión de que el Estado gasta más dinero, pero ni crea más actividad ni permite el desarrollo de la iniciativa privada, para luego cerrar su discurso de forma tajante: "El Gobierno nos ha conducido al estancamiento económico, al aumento del sector público, a la destrucción del empleo y al aumento del paro".

Tras la réplica del ministro, Manuel Fraga se refirió a partidas presupuestarias que, a su juicio, no tienen justificación, como los 2.000 millones de pesetas destinados al referéndum sobre la OTAN, consulta que la oposición rechaza. "Esos 2.000 millones los debían poner los socialistas de su bolsillo", sugirió.

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