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40º ANIVERSARIO DE LAS NACIONES UNIDAS

Manhattan era un caos

Francisco G. Basterra

Manhattan era ayer un caos y no una fiesta. La culpa la tenían los 80 jefes de Estado y de Gobierno y ministros de Asuntos Exteriores congregados paracelebrar el 40º aniversario de la Organización de las Naciones Unidas.En la confusión producida por 3.000 policías locales, 1.800 agentes del FBI y decenas de perros que olfateaban los alrededores de la ONU y los hoteles donde se allojan los grandes de este mundo, el canciller de la República Federal de Alemania, Helmut Kohl, estuvo a punto de ser atropellado por un coche patrulla, y el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, se perdió durante media hora en los pasillos del edificio de la ONU.

A pesar del caos, Ortega sí llegó a tiempo a la recepción ofrecida por Ronald Reagan en el Warldof Astoria. Su encuentro con el presídente fue frío y se limitó al siguiente intercambio de palabras. Ortega, que no vestía su habitual uniforme militar, sino un sombrío traje negro, fue saludado por el presidente con un diplomático: "Es bueno verle a usted aquí". El líder nicaragüense, a quien acompañaba su mujer, y que había sido descrito recientemente por Reagan como "el pequeño dictador disfrazado de verde oliva que va a Moscú a abrazar a los soviéticos", respondió lacónicamente: "Gracias por invitarme". Los observadores destacaban ayer que Ortega no recibió el doble apretón de manos que incluso mereció el ministro soviético de Asuntos Exteriores, Eduard Shevarnadze, que bromeó con el presidente durante varios minutos.

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La zona media de Manhattan estaba tomada y el tráfico colapsado entre las calles 60 y 38. El ojo del huracán, además del rascacielos de la ONU, es el hotel Warldof Astoria. Como es habitual, una de sus torres ha sido escogida por Reagan como su residencia y cuartel general de la Casa Blanca durante su estancia en Nueva York. Gracias a esto, o por culpa de ello, un abogado de Oregón, Ronald Ragen, no para de coger el teléfono en su habitación, la número 928 del Wardolf.

Primero le llamó una mujer que ofrecía regalos en -nombre de Sri Lanka, y luego un grupo de empresarios franceses que deseaban verlo "Evidentemente, a quien que rían ver era al presidente". Ragen, que cuando llegó al hotel fue en vi ado por equivocación a la misma torre de Reagan, está en Nueva York de vacaciones con su familia. Recientemente tuvo una experiencia similar en otro hotel, donde creyeron que eran los genuinos Reagan y les dieron una suite no solicitada. Cuando la dirección del hotel se dio cuenta de la equivocación, les dejó continuar en el apar tamento y les dieron muchas flores y frutas. "Fue estupendo", comentó Ragen. Un portavoz de la Casa Blanca dijo que hasta ahora el presidente no ha recibido ninguna llamada para el abogado de Oregón.

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