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La Iglesia de Nicaragua utilizará los púlpitos para esquivar las restricciones a la libertad de expresión

La Iglesia católica nicaragüense criticó ayer duramente el allanamiento de una dependencia eclesiástica de Managua en la que se preparaba un nuevo periódico oficial católico, en tanto que los obispos anunciaron que utilizarán los púlpitos de los templos para esquivar las restricciones a la libertad de expresión impuestas por el Gobierno sandinista. Grupos opositores iniciaron reuniones de urgencia para decidir cómo se enfrentarán al estado de emergencia decretado el martes.

La mayor parte de los dirigentes opositores que participan en la redacción de la nueva Constitución en el Parlamento criticó la suspensión de las libertades democráticas y dijo que esperará a ver de que forma se aplican las nuevas medidas restrictivas.El Gobierno anunció el martes por la noche la suspensión por un año de 13 libertades democráticas, entre ellas las de expresión, comunicación, circulación y huelga.

"La oposición pacífica en el interior de Nicaragua está terminada. Las libertades, que alguna vez fueron limitadas, ahora han sido completamente eliminadas", opinó el político conservador Enrique Sotelo, miembro del Congreso. Otro opositor, el socialdemócrata Luis Rivas, advirtió del peligro de que, si se acaba con la actividad política-opositora, muchos antisandinistas se sumen a las filas de la contra y tomen las armas contra el régimen. El vicepresidente nicaragüense, Sergio Ramírez, afirmó, en declaraciones hechas trasde declararse el estado de emergencia, que no será interrumpido el trabajo de la Asamblea Nacional, que elabora la nueva constitución.

Uno de los editores del diario opositor La Prensa, Roberto Cardenal, dijo que los miembros del periódico han reaccionado "con temor e incertidumbre".

La Iglesia protestó por el allanamiento, el martes, de una oficina de la curia donde se imprimía el primer número del periódico La Iglesia, órgano oficial de la archidiócesis de Managua. El portavoz de la archidiócesis, Bismarck Carballo, dijo que los militares que allanaron el local sacaron a empujones a los religiosos e impidieron la entrada al cardenal arzobispo, Miguel Ovando y Bravo. Un comunicado del Ministerio del Interior afirmó que no se autorizarán otras ediciones del diario, "que no era religioso, sino altamente político y crítico de la política de defensa de la revolución y del servicio militar".

La reacción española

El presidente del Gobierno, Felipe González, consultado ayer por los periodistas en el Congreso de los Diputados, dijo que es difícil y arriesgado pronunciarse sobre la nueva situación creada en Nicaragua con el decreto de estado de emergencia. "Si yo estuviera en aquella realidad", dijo, "resistiría al máximo para adoptar medidas de este tipo". Añadió, sin embargo, que "Nicaragua es un país con una tensión muy fuerte y en guerra y me cuesta mucho hacer un juicio de valor". González dijo, además, que la política española hacia Nicaragua no se modificará y se mantendrá el apoyo al proceso de Contadora.Por otra parte, el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, suspendió ayer su gira por nueve Estados norteamericanos p revista para después de su intervención de la Asamblea General de la ONU. La decisión se adoptó a raíz de que 24 horas antes de su salida hacia Estados Unidos, Ortega no había recibido el visado de entrada. Horas después de suspender la gira, la embajada norteamericana anunció la concesión del visado, pero la presidencia nicaragüense anunció que la gira seguía suspendida porque era imposible "efectuar todos los arreglos 24 horas antes de la salida del presidente".

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