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Shultz amenaza con dimitir si no se potencia su papel en cuestiones de desarme

Las diferentes interpretaciones que se suceden en Washington sobre lo que prohibe y lo que permite el Tratado sobre Limitación de Sistemas Balísticos Antimisiles (ABM) pueden desembocar en la dimisión del secretario de Estado norteamericano, George Shultz. El responsable de la diplomacia norteamericana ha amenazado, en vísperas de la cumbre de Ginebra de noviembre, con tirar la toalla, "a menos que se le permita una mayor participación en la toma de decisiones relativas al control de armamento" según informó la cadena de televisión CBS.

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El departamento de Estado, a través de su portavoz Bernard Kalb, salió ayer al paso de los rumores con una sola frase: "Eso es absurdo". Shultz no comulga con la teoría lanzada recientemente por el consejero de Seguridad Nacional de Ronald Reagan, Robert McFarlane, de que nada en el tratado prohibe que se investiguen, prueben o desarrollen las armas espaciales contempladas en la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI), conocida como guerra de las galaxias.La CBS, citando fuentes no identificadas, explicó que la dimisión de Shultz se evitó en el curso de "una tensa reunión en la Casa Blanca el pasado viernes", en la que acabó imponiéndose la tesis del secretario de Estado. Shultz había advertido a sus más estrechos colaboradores que a menos que se le permitiera una mayor iniciativa sobre cuestiones de desarme, su presencia en la Administración podría verse puesta en entredicho.

Shultz había afirmado horas antes de que la CBS lanzara la noticia que EE UU seguiría limitando las pruebas y desarrollo de la SDI según la "interpretación restrictiva" del acuerdo firmado en 1972 entre las dos superpotencias. Shultz aseguró que, Washington se ceñiría a las restricciones autoimpuestas por la propia Administración norteamericana, si bien se ha decidido que "está totalmente justificada una interpretación más amplia de nuestra autoridad". La SDI tiene como principal objetivo la destrucción de misiles y cabezas nucleares.

La versión de MeFarlane

"La interpretación de McFarlane sobre el tratado dio la impresión, de acuerdo con funcionarios de la Administración, de que Estados Unidos estaba a punto de violar el tratado a fin de permitir todo tipo de pruebas con las armas espaciales", explicó la CBS. "Shultz pensó que la postura de McFarlane enfurecería a los aliados y complicaría los preparativos de la reunión" entre el presidente Reagan y el líder soviético, Mijail Gorbachov.

En su habitual mensaje de los sábados, el presidente Reagan afirmó que Estados Unidos seguirá investigando y probando las defensas estratégicas que la guerra de las galaxias prevé sin violar el tratado ABM.

La URSS ha reivindicado, en todo momento, la plena vigencia del tratado firmado en 1972 y viene acusando sistemáticamente a Estados Unidos de "buscar agujeros" en la formulación del texto con el fin de justificar su "plan para militarizar el espacio".

A principios de junio, el propio jefe del Estado Mayor soviético, Sergei Ajromeiev, acusó a la Administración Reagan de "socavar malintencionadamente" el tratado, al tiempo que aseguró que su país no tiene la menor intención de aceptar alteraciones en el texto que sirvan para encubrir la política norteamericana, "destinada a asegurar la carrera de armamentos en el campo de los sistemas cósmicos antimisiles".

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