La negativa italiana a detener a Abul Abbas enfurece a Reagan
La Administración norteamericana está "fuertemente decepcionada" por la negativa del Gobierno italiano, que se negó a cumplir el requerimiento de detener al palestino Abul Abbas, jefe de la organización responsable del secuestro del buque Achille Lauro. El embajador de Estados Unidos en Roma entregó ayer una nota formal de protesta por la "incomprensible" actitud italiana, al dejar en libertad al dirigente radical palestino, que viajó el sábado a Belgrado. Este suceso ha suscitado la peor crisis de las relaciones entre Washington y Roma en 40 años de historia republicana en Italia.
Estados Unidos extendió su solicitud de detención y posterior extradición de Abbas al Gobierno yugoslavo, que, de forma menos sorprendente, tardó pocas horas en anunciar su negativa. El líder del Frente para la Liberación de Palestina (FLP) se encontraba ayer en Ebertad en Belgrado, posiblemente a la espera de salir en dirección a alguna capital árabe, informa desde la capital yugoslava.El jefe del Gobierno italiano, el socialista Bettino Craxi -cuya política había sido anteriormente elogiada por la Administración norteamericana-, declaró que las decisiones tomadas en relación con el secuestro del trasatlántico habían sido "justas y prudentes". El ministro italiano de Asuntos Exteriores, Giulio Andreotti, tiene previsto encontrarse mañana en Bruselas con su colega norteamericano, George Shultz, informa Juan Arias desde Roma.
Las consecuencias del caso del Achille Lauro en la política norteamericana en Oriente Próximo preocupan al presidente Ronald Reagan, que ayer envió una nota a su homólogo egipcio, Hosni Mubarak, en la que le exhorta a mantener los estrechos lazos que hasta ahora unían a ambos países. Mubarak había calificado como un acto de "piratería aérea" la interceptación, el jueves, por cazas norteamericanos, del avión egipcio en el que viajaban los cuatro secuestradores del barco. El avión, que fue desviado a Sicilia, regresó ayer a Egipto, mientras que el Achille Lauro zarpó, también ayer, de Port Said rumbo a Italia.
La viuda del único muerto durante el secuestro, Marilyn Klinghoffer, mantuvo el sábado al llegar a Washington una conversación telefónica con Reagan, a quien dijo que había escupido en la cara a los secuestradores. El presidente le contestó: "Dios te bendiga".
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