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Un pasado inmediato frustrado

El contenido de las exposiciones que Europalia 85 presenta en Bruselas y la que ayer se inauguró en el Museo de Arte Contemporáneo (MEAC), organizada por Artespaña, son orientativas de la realidad del diseño español. Una historia brillante y un pasado inmediato de olvido. En esta última -es la primera vez que el MEAC presenta una muestra de diseño español-, los 37 trabajos que se exhiben podrían calificarse de frustrádos, ya que ninguno de ellos llegó a ser comercializado.

La frustración comercial, que no creativa, es indicativa del momento presente del diseño. En general, son objetos que sus autores han realizado llamados por el placer de trabajar con ellos y no por encargo expreso de una firma industrial. Son, en suma, ejemplares únicos concebidos como una obra de arte a la espera de consumidor.El valenciano Pedro Miralles, de 30 años, mostraba y explicaba ayer con gran sentido del humor su taburete Dry martini en el que descansa toda una filosofía de la vida: para Miralles, el taburete es la pieza idónea sobre la que te balanceas sentado tanto para la aproximación amistosa en un bar como para disponerte a realizar el más sesudo trabajo.

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El diseño español quiere estar de moda

Diego Santos, malagueño de 32 años, ha llevado al MEAC un reloj que es toda una escultura moderna y que, para él, sustituye al conocido reloj de pie.

Por el contrario, Xavier Rubert de Ventós ha llevado al Desing Center de Bruselas una selección de objetos ilustrativos del pasado y el presente del diseño español.

La exposición está dividida en tres partes, y en ninguna se incluye la moda española. En la primera, dedicada a los antecedentes remotos, se exhibe una treintena de objetos. La segunda parte de la muestra está dedicada a los antecedentes próximos del diseño de hoy, a los trabajos realizados entre 1888 y 1960, entre los que se muestran botes, sillas de tijera, aceiteras y una colección de recipientes de cristal procedentes, en su mayor parte, de Barcelona.

Muchas de las piezas que se exhiben resultan muy familiares para el visitante español: los recipientes para productos de perfumería de Maderas de Oriente, de Esteve Monegal; los anuncios de Sudoral, de Rafael de Penagos; el autogiro de Juan de la Cierva; el automóvil Pegaso, de Wilfredo Ricart, o la famosa maqueta del tren Talgo, de Alejandro Goicoechea.

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